Capítulo 3. you smile

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Una semana después del encuentro entre los reyes y Mingyu, éste fue enviado al palacio real.

Se sorprendió al volver a lo que había sido su hogar 6 años atrás convertido ahora en una fortaleza prácticamente inquebrantable, a la cual pudo entrar solamente por estar acompañado de su papá, pues sólo gracias a él pudo pasar sin quitarse la máscara que los reyes le habían conseguido.

Las vendas aún seguían cubriendo su rostro, más que nada para no lastimar la piel y las heridas por el material del que estaba hecha la máscara de color negro, simple, sin ningún adorno, que dejaba ver solamente sus ojos y una parte de sus labios para que pudiera hablar. Los orificios para respirar estaban escondidos, Mingyu era irreconocible para ese momento, pero cuando Minghao lo vio después de tanto tiempo, supo que lo reconoció en un instante.

 Los orificios para respirar estaban escondidos, Mingyu era irreconocible para ese momento, pero cuando Minghao lo vio después de tanto tiempo, supo que lo reconoció en un instante

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—Debes recordar todo el castillo —le dijo su papá cuando ambos bajaron del carruaje, cargando con las dos maletas de Mingyu—. Todo sigue igual, sólo hay más guardias que antes. Ya saben que vas a venir, saben que llevas tu máscara, así que no les va a sorprender verte merodeando por allí, si es lo que quieres hacer. Tú habitación está al lado de la del príncipe, los reyes la eligieron especialmente para ti, para que puedas estar cerca de Minghao todo el tiempo.

Mingyu casi no lo escuchaba, pues estaba demasiado entretenido mirando a todos lados, viendo los cambios que se habían hecho en su ausencia. Había más flores que antes, y recordaba que a Minghao le gustaba plantarlas, así que supuso que habían crecido gracias a él. También estaba la presencia de guardias, pero intentó ignorar las miradas curiosas encima de él.

Por fin entró en el castillo (después de que quitaran varias protecciones que tenían sólo en una de las puertas) y sonrió de inmediato al ver las nuevas pinturas que lo rodeaban. Quizás se había ido por años, pero nunca olvidaría la manera en la que Minghao pintaba o dibujaba cada que podía.

—Instálate —su papá lo sacó de sus pensamientos de golpe, poniendo una mano sobre su hombro y asustándolo.  Cuando se dio cuenta, el mayor sonrió como siempre lo hacía cuando encontraba a su hijo haciendo cualquier travesura—. Tómate tu tiempo para acoplarte. Sabes que puedes enviar al mensajero en cualquier momento, y tienes armas a tu disposición en tu habitación. Insistí en que las dejaran allí por cualquier emergencia... —los dos se miraron, sabiendo lo que eso podría significar: si él tenía que usar las armas era porque alguien que quería lastimar a Minghao había logrado entrar al castillo—. Todo va a estar bien.

Mingyu se limitó a asentir, y estaba a punto de hablar, quizás asegurarle que cuidaría de Minghao, que estarían bien juntos, pero unos rápidos pasos bajando la escalera los distrajeron.

Mingyu recordaba que se había ido cuando Minghao tenía 10 años, y ahora que lo veía, con 16, alto, delgado como siempre, vestido como si fuese a ir a un baile real (su estilo de siempre), se sintió extraño al notar el ritmo acelerado de su corazón.

Because it's you || gyuhao Donde viven las historias. Descúbrelo ahora