Capitulo 23

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–¡¿Todavía no encuentran la piedra?! — grita un hombre de ropas finas.

–B-Bueno, la situación es complicada mi señor — tartamudeaba miedoso un policía.

–¡¿Cuanto más tengo que esperar?!

–Tranquilicese su excelencia, hemos encontrado una pista de donde se encuentra — interfirió una hermosa mujer vestida de una impecable bata blanca.

–¿De que hablas? ¡Dilo ahora! — le exigió.

–La piedra se encuentra en posesión de Shirohige.

–¿Shirohige? Creo que he escuchado ese nombre antes — exclamó pensativo.

–Son un grupo de mafiosos que-

–¡¿Mafia?! — gritó — ¡¿Estos estúpidos de la policía aún no se hacen cargo de esas sabandijas?! — estaba furioso — ¡Malditos inútiles! — en su furia tomó su revolver y le disparó justo en la frente al sirviente que tenía al lado — ¡Todos son unos inútiles! — no pudo seguir gritando antes de que una horrible tos atacara su garganta.

–Por favor calmese — le imploró la científica — ¡La medicina ahora! — ordenó y varios salieron corriendo por el pedido, el primero en llegar fue un humilde sirviente que le pasó un tubo con un extraño liquido naranja. — esto le ayudará — se lo extendió la científica con una reverencia.

El hombre no lo dudó y lo bebió sin dejar nada, calmando al instante su tos.

–¿Cuanto más tengo que esperar?

–Si tengo la piedra conmigo otra vez, podemos reiniciar la investigación, si tan solo tuviera esos papeles conmigo todo sería más sencillo.

–¡Arhg! ¡Esa mocosa! ¡Si tan solo no hubiera robado la fórmula y escapado! ¡Todo por ese hombre! — refunfuñaba, su enojo parecía no acabar.

–Cálmese, ya sabemos dónde está y ya que ella tiene la piedra incrustada en su pecho, atraparla será sencillo, está debilitándose gracias a los efectos secundarios.

–Mas te vale atraparla rápidamente, ya quiero obtener la vida eterna — saborea los labios antes de empezar a reír.

–No se preocupe, según nuestras fuentes, se encuentra la mayor parte de tiempo junto a Hiken No Ace.

–¿Y ese quien es?

–Un pequeño pecesillo, nada importante.

–¡Si no es nada importante porque esa perra no está aquí! — golpeó con su puño la mesa.

–Tenga más paciencia su excelencia — arrodillada la hermosa científica ya se estaba poniendo nerviosa, provocar más a ese Tenryuubito no le traería nada bueno.

–¡Me pide a mí, un dios a ¿tener paciencia?! ¡¿Quien te crees que eres?! — se puso de pie para golpearla a patadas — ¡Maldita perra! ¡No te parece lo mucho que he esperado y soportado tu incompetencia! — la jaló del cabello acercando su rostro — ¡quiero mi elixir de la vida eterna ahora! ¡Quiero a esa esclava de mierda ahora! — le exigió — ¡a menos que quieras reemplazarla ve a buscarla! — la lanzó al piso.

–Si su excelencia, con su permiso — dijo apenas y salió en silencio con el miedo latente de volver a ser golpeada.

–Doctora, ¿Esta bien? — se acercó un subordinado ofreciéndole aquel liquido naranja que ella bebió.

–Si, no es nada. — dijo limpiandose la sangre de sus heridas curadas con un elegante pañuelo. — ¿Han descubierto donde están los papeles?

–Ni una pista, no dejó rastros. — ambos empezaron a cambiar por el largo pasillo.

Solo Contigo | Portgas D AceWhere stories live. Discover now