🫂 SOLO QUERÍA PROTEGERTE 🫂

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VIERNES

Elisa y yo llegamos al instituto como todas unas divas.

Si tú lo dices... Más bien parecéis idiotas.

Eh, no tiene nada de malo ir igual vestidas.

Bajé del coche de Eli y enganché mi brazo con el suyo. Hoy íbamos vestidas con un jean azul, una sudadera de lana morada, unas botas negras y un abrigo del mismo color. La única diferencia era que Elisa llevaba el pelo suelto—como siempre—, y yo lo llevaba en una coleta alta—como siempre—. No soy capaz de estar con el pelo suelto a menos que sea una ocasión especial.

Entramos por la puerta principal y me dirigí directamente a mi taquilla. La de ella estaba al otro lado del instituto, así que empecé a andar sola por el pasillo. Hasta que Luke me alcanzó por detrás.

—Hola espía.

—Hola chófer.

Frunce el ceño al ver su nuevo apodo. Ayer lo estuve pensando y el apodo de idiota no me parecía muy correcto si quería gritarlo en público o algo así. Además, el apodo pega mucho con él, ya que casi siempre estoy en su coche y él me lleva a todos lados.

—¿Y mi otro apodo, espía?

Sonreí.

—¿Te gustaba más el de idiota?

—A ver, es mejor el nuevo que el viejo.

—Por supuesto, chófer—le dije haciendo un énfasis en última palabra.

Él sonrió y me acompañó hasta mi taquilla. Una vez allí, sacamos todos los libros y los cuadernos que teníamos que usar las primeras horas. Creo que esto no lo he dicho: Luke y yo tenemos las taquillas al lado.

Miré la hora. Faltaban diez minutos para ir a clase, así que nos quedamos hablando un rato sobre los partidos de volley entre otras cosas. No sé si era producto de mi imaginación, pero veía como Luke—algunas veces— les echaba miradas rápidas a mis piernas.

Uy...tensión acumulada.

—¿Tienes algo que hacer hoy antes de ir a tu entrenamiento?

—Mmm...creo que no. ¿Por?

—Em...—intentaba esconder que estaba nervioso, pero a mí no me engañaba—. ¿Te apetece venir al cine?

Me. Quedé. En. Shock.

Tenía muchas dudas, pero la que más se repetía era:

¿Esto iba a ser una cita?

No lo sé, pero tienes que contestar.

Estoy asimilándolo, déjame...

¡YA!

¡VALE!

—Claro—dije como si nada.

—Vale—suspiró—. Te recojo en tu casa a las cuatro.

—De seguro llegarás antes.

—Nunca digas nunca.

Miradas CruzadasOù les histoires vivent. Découvrez maintenant