♡ ; capítulo siete

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Todo el camino a la casa de Louis fue como un desafío para Harry. A pesar de ser unos pocos centímetros más bajo que Harry, Louis era un alfa fuerte y su cuerpo pesaba, el omega tuvo que esforzarse para sostenerlo durante un largo trayecto. Además de todo esto, el olor de Louis se volvió aún más fuerte, lo que provocó que el omega se contuviera mentalmente para no caer o gruñir en aprobación; el alfa gruñía de dolor y angustia, su frente presionada contra el cuello de Harry mientras soltaba murmullos incoherentes.

—Tranquilo Louis, ya casi llegamos— Harry lo reconfortaba mientras realizaba la ardua tarea de abrir la puerta de la casa del alfa con la mano izquierda, ya que el otro brazo sostenía firmemente a Louis por la cintura.

—Duele, Harry— el alfa gemía de dolor haciendo que Harry se sintiera incómodo, como si verlo en ese estado también fuera agonizante.

—De acuerdo, estamos en casa. Vamos Louis, colabora para que lleguemos más rápido a tu nido— pidió dulce, ya que a cada instante las piernas de Louis cedían aún más, haciendo todo más difícil.

Omega, ayúdame— gruñó nuevamente, esta vez haciendo que Harry suspirara audiblemente por haber sido llamado de esa manera. Pero era una situación inoportuna.

Después de subir los tramos de escaleras, encontrar la habitación de Louis fue fácil, abrir la puerta y sentir todo el olor del alfa golpearlo directamente en el rostro, sin embargo, fue una tarea difícil. Todo el cuerpo de Harry pedía hundirse en ese nido y dormir durante horas, solo reconfortándose con el olor de Louis.

—¿Me permites entrar en tu nido, alfa?— el omega preguntó al pie de la cama para finalmente acostar al alfa sobre el suave colchón.

—Sí, puedes— Louis murmuró, intentando controlar su respiración entrecortada debido al dolor en todo su cuerpo. Los mechones de cabello lacio se pegaban a su frente, tal era el sudor que escurría allí.

Harry ayudó a Louis a acostarse, acomodando las almohadas alrededor del alfa tratando de no mover demasiado el nido que él había hecho.

—De acuerdo, quédate aquí mientras te traigo un poco de agua— hizo ademán de alejarse, sin embargo, la fuerte mano de Louis lo detuvo, agarrándolo firmemente de la muñeca.

El alfa lo miró con las cejas fruncidas y una mirada suplicante, el omega podría jurar que incluso tenía un puchero.

—Quédate aquí, omega. Únete a mí en mi nido— pidió con la voz un poco ronca, haciendo que Harry gruñera en aprobación, sin poder negar la petición del alfa y uniéndose enseguida a él.

Al principio, el omega se acurrucó de manera indecisa y tímida, el olor de Louis aumentando aún más y penetrando en sus fosas nasales de manera delirante. Su espalda se apoyó en el cabecero y pronto estiró los pies sobre el colchón, el alfa que estaba acostado no tardó en colocar de manera mimosa su cabeza en el regazo del otro como un gatito necesitado, haciendo que Harry levantara las cejas sorprendido pero luego cediera acariciando los cabellos lisos con las puntas de los dedos.

Louis casi ronroneaba de deleite por el toque suave y casi imperceptible en su cuero cabelludo, tan ligero y sutil. Era gracioso cómo los de su especie podían calmarse al sentir y apreciar el aroma de su omega, sin embargo, la presencia de Harry fue suficiente para que Louis se calmara a pesar de no poder percibir ningún olor.

Louis se sentía ligero y adormecido con los toques de Harry, el dolor se había disipado y su cuerpo se estaba relajando poco a poco. En un momento de distracción fue que el alfa se dio cuenta, sus ojos se duplicaron en tamaño y fue consciente de lo que había hecho. Había puesto a Harry en su casa, en su nido, y lo había llamado omega. ¡Cielos!

Dream a little dream of me ও traducción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora