Capítulo 23

8 9 0
                                    

Maratón 2/2

Llevaba días sin disculparme con mi padre y días sin hablar con Klaus. Básicamente mi vida se estaba resumiendo a estar en mi cuarto, jugando o oyendo música y revisando Instagram.

Laura había venido a hacerme un par de visitas al igual que mi primo (al que cada día soportaba menos)

— ¿Valeria me estás escuchando?

¿Para que engañarnos? No lo estaba oyendo.

— No.

— ¿Que hice yo para merecer este desprecio de tu parte? — dice llevándose una mano al corazón de forma dramática.

Decido dejar el móvil y mirarlo a la cara para decirle la verdad.

— Me alegro por lo que estás pasando — digo

— Eres mala Valeria, mala y puta.

— Dejaste a Laura por Daniel ¿Que esperabas? ¿Irte de rositas y vivir felices por siempre? Existe algo llamado karma ¿Sabias?

El se queda pensativo y veo como repiquetea con los dedos sobre la madera de la mesa de mi cuarto.

— No estoy muy informado del tema.

— Si haces algo mal o la cagas con alguien luego te pasa algo peor.

— ¿Eso existe?

— Es como dios, hay quienes dicen que existe otros que no.

— ¿Debería volver con ella? — me pregunta

— No lo se.

Se que a Laura le haría mucha ilusión pero no sabía si estaría dispuesta a volver con él después de todo.

En eso suena mi móvil y yo ignoro la llamada. Klaus llevaba llamándome hace tres días y yo simplemente lo ignoraba, se debía cansar y yo sabía que pronto se cansaría y volvería a su vida.

En realidad ni siquiera sabía porque estaba molesta, bueno si, tal vez porque ni siquiera se había dignado a darme una explicación después de lo qué pasó.

— ¿No piensas responderle a tu novio? — pregunta Chasse.

— No es mi novio — digo

El simplemente me mira, sabe que miento, este hombre me conoce demasiado bien para mi gusto.

El teléfono vuelve a sonar y Chasse lo descuelga rápido. Siento miedo. Y de pronto cuelga.

— ¿Qué pasó? — pregunté ya no hablaron ni 10 segundos.

— Me dijo ¿Valeria esta? y yo le dije que estabas ocupada vistiéndote.

Dejo de respirar por un segundo.

— CHASSE — Lo regaño.

— Vale, solo le dije que estabas ocupada.

Siento que el aire vuelve a llegar a mis pulmones y agradezco que mi primo haya sido tan considerado.

— Deberíamos darle celos — Me informa.

— ¿Para?

— ¿Como que para que? — Pone los ojos en blanco.— Para que venga y te de la follada de tu vida Valeria.

En concepto la idea no era mala, solo que yo quería otro fin que no fuera ese. Yo quería que me explicara que había pasado y porque no me había vuelto a escribir ni llamar hasta tres días después.

Chasse estaba en mi cocina, asaltándole el refrigerador a mi madre, como mi madre lo adoraba con su vida le permitía hacer lo que quisiese en esta casa y a mi no. Increíble.

Laura me había llamado tres veces pero la había ignorado ¿Motivo en específico? Sabía que cuando Laura llamaba con tanta insistencia era porque algo quería, además de que mi primo estaba en mi casa y juntar a Laura y a Chasse solo podía tener dos consecuencias:

1 - Se matarán a golpes

2- Terminarán follando

Probablemente sería la 2 pero no me quería arriesgar a la 1

Gracias a todos los santos Chasse ya se había marchado y pude hablar con mi amiga con tranquilidad. Al final parecía que no quería nada sólo hablar conmigo y cuando le dije que no le pude responder porque estaba con Chasse un sin fin de insultos vinieron hacia mi.

Klaus me había dejado el whatsapp lleno de mensajes pero me negaba a contestarle hasta que me vuelve a llamar y finalmente respondí.

— ¿Que quieres? — pregunté sin rodeos

— Hablar.

— El tiempo de hablar ya paso — dije y le colgué.

Me sentía poderosa colgándole el teléfono a un tipo buenísimo, suena demasiado estupido pero era así.

Tocan a la puerta de mi habitación y es mi madre con sus característicos rolos en el pelo y su bata de baño.

— Mamá te he dicho mil veces que los rolos no te van a funcionar.

Mi familia tenía el pelo chino, por mucho que nos esforzáramos en que nos saliera un rizo en el pelo eso no pasaba.

— Déjame vivir en paz Valeria ¿Vas a comer?

— No tengo hambre.

— Pero ¡¿TU HAS VISTO LO FLACA QUE ESTÁS?! — casi grita — ¡Tienes que comer!

No.

— Que si mamá que si ¿algo más?

— Ah si eso — se queda en silencio un segundo y yo tiemblo ¿Que habré hecho ahora? Bueno si hubiese hecho algo, ella hubiera llegado gritándolo ¿No?

Klaus entra por la puerta de mi habitación como si fuese su casa y yo me quedo perpleja ¿Que acaba de pasar aquí? ¿En que momento llegó el?

— Yo los dejo para que hablen sus cosas y eso — se despide mi madre cerrando la puerta.

<<Traicionera>> murmura mi conciencia para mi.

<<Que me hago ahora>> me pregunto a mi misma.

<<¡Yo que se! te recuerdo que soy tú>> — dice

— Esto es allanamiento de morada — Le grito mientras me pongo en pie.

— Tu madre me ha abierto, te lo recuerdo.

Me he quedado sin argumentos para querer sacarlo de aquí.

— ¿Quien era el que me contestó el teléfono? — pregunta mirando por la ventanilla de mi habitación

¿Así que era eso?

— No te interesa — digo cortante— ¿Te es de mucha molestia irte? Tengo que hacer cosas.

El simplemente me mira y su vista vuelve a perderse en la ventana. Genial.

— ¿Tienes nuevo ligue?

¡¿Que?!

— No klaus, no tengo y aunque así fuera me parece que no te interesa.

— Que no me interesa? — murmura casi — Soy tu novio Valeria.

— Lo eras, hasta que decidiste marcharte sin darme ninguna explicación.

— Te estuve llamando— Se excusa

— Me llamaste una semana después Klaus. Esto no puede ser asi.

— Perdón.

Y ya ¡y se queda tan ancho! Este hombre es tonto. Cree que sólo una palabrita va a arreglarlo. Pues no

— Sal de mi habitación.

El sale no sin antes dar un portazo.¿Iba a dejar que una historia de amor tan bonita se acabara así? No, porque lo pensaba llamar, mañana o pasado pero mentalmente no estaba preparada para volver a hablarle. 

StalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora