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El shock que sentía era tanto que no supe en que momento aquella bestia saltó del techo y se estampó  en un empujón hasta al suelo junto a las máquinas de alimento, evadiendo al instante, el golpe de los tentáculos negros que se esparcieron sobre nosotros.

No eran tentáculos, pero era la única forma en la que podia explicar lo que estaba viendo.

Senti arcadas en el estómago cuando vi la forma en que se sostuvo sobre sus canclillas, doblando sus rodillas y sosteniendo su peso en los brazos. Estiró
su largo cuello y nos observó. Pasó su mirada del hombre a mi y volviendo a él.

Todo su cuerpo estaba bañado en escamas, ninguna se le había caído aun rebelando parte de su piel humana... Retiré la última palabra de mis pensamientos instantáneamente en cuanto lo encontré agrandando su boca, toda esa piel de su mejilla se estiró hasta romperse y dejar ver la grandeza aterradora de todos esos colmillos mucho más largos que los del hombrea mi lado.

¿Tan siquiera era humano? No,  definitivamente este no lo era.

Mis huesos saltaron debajo de mi piel cuando gruñó.

Los esféricos ojos ensangrentados de la criatura se abrieron clavándose en nosotros.

-¿Qué le pasó? -Quise saber más asustado
que sorprendido. La verdad era que nunca me detuve a revisar la incubadora diez, pero se miraba exactamente igual al cuerpo de la incubadora ocho.

¿Cómo fue qué salió de su incubadora?

Desde la espalda baja, se alargaba hacía atrás unaengrosada cola como la de las lagartijas. Pero más bien parecia un largo tentáculo como los de la mano del hombre.

Un brusco movimiento desde sus hombros nos puso en alerta.

Algo filoso, como un hueso rompió su
carné colgandole sobre el pecho en tres partes. No era un hueso. Eran tentáculos. Los mismos que los del hombre a mi lado.

-Eso te está pasando a ti también– susurré
entenebrecido.

Retrocedi con el Bisturí empuñadas atrayendo la mirada de la criatura y haciéndola gruñir.

No lo pensé mucho cuando corrí con la intención de ir por el galon de oxígeno antes de ver como los tentáculos se despegaron del techo dejándose caer sobre las máquinas de alimento, la fuerza con la que se separaron cuando la criatura intentó echarse a correr hacia  uno de los extremos del laboratorio, terminaron envolviéndolo, o eso quise pensar...

Cuando un leve gruñido a mi izquierda me hizo voltear.

Estaba ahí, a metro de mi y encima de la pared metálica de la que colgaba la enorne pantalla.

Sus deformes manos aferrando las garras en las bocinas, Su espalda encorvada y su rostro que cada vez parecía agrandarse del lado izquierdo...Sus ojos entornados en mi dirección.

Esas diabólicas esferas rojas que me reflejaban, inyectaron miedo.

Retrocedi de nuevo y aunque todo mi cuerpo amenazaba con quedarse paralizado al verlo lanzarse en un salto sobre mí, mis brazos respondieron lo
contrario.

Tomé el Galon apretando todos los dientes y lo levanté en defensa, el tiempo se detuvo entonces dejándome ver tanto los tentáculos del hombre estirarse hacía nosotros, como volteaba su rostro deforme, la criatura cayendo con lentitud hacia mi, de tal forma que mi mente se lo dibujara.

Las escamas se hallaban adheridas a él como si fuera su única piel, marcaban incluso sus aterradoras facciones.

Extendio sus garras con la misma lentitud y abrió su hocico que se rasgaba por encima de sus pómulos, mostrandome su larga y picuda lengua y esos colmillos atertadores.

Experiment JK.64Where stories live. Discover now