Cuando Akaza calculó mal cuánto tiempo le quedaba antes de que saliera el sol durante su pelea con el Pilar de la Llama, se vio obligado a retirarse antes de que pudiera convertirlo en un demonio, o matarlo. Kyojuro quedó gravemente herido y el cami...
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La noche siguiente, Akaza no apareció.
Kyojuro trató de no estar demasiado decepcionado. Se había quedado en la misma ciudad, por si acaso, pero no vislumbró a la Luna Superior 3.
No podía dejar de pensar en lo que había sucedido la noche del festival, pero era difícil llegar a alguna conclusión con sus pensamientos. Sin nadie con quien compartirlo, sin nadie con quien hablar, le resultó difícil tener una visión clara de lo que significaba... y cómo se sentía al respecto. Tanjiro probablemente sería un gran confidente, pero se negaba a agregar más a su carga. El chico ya tenía mucho en juego sobre sus hombros, con su autoproclamada misión de encontrar una cura para su hermana y vengar a su familia y sus sentimientos por Akaza todavía estaban comprensiblemente confusos. Ya lo había involucrado una vez y los había llevado al borde de una pelea. No volvería a cometer ese error.
Dejó la cuidad al día siguiente.
Todavía estaba viajando cuando cayó la noche y encontró un demonio acechando en los árboles del bosque que estaba cruzando. Lo decapitó con un golpe limpio en el cuello, apenas sudando. Como mínimo, fue bueno ver que la eliminación de las glicinias resultó efectiva.
Siguió mirando cada sombra que se movía con atención, pero ese demonio fue el único que vio esa noche.
Los siguientes días pasaron de manera similar, fusionándose en un largo momento en el tiempo mientras Kyojuro se quedaba despierto toda la noche y dormía la mayor parte de las horas cuando salía el sol. Cada vez que cerraba los ojos veía a Akaza mirando al cielo con un asombro casi infantil. No sabía por qué seguía obsesionado con ese momento. El demonio se había visto tan sincero, tan alejado del estallido de ira que había mostrado un momento antes. Fue como ver de repente el otro extremo del espectro y no pudo evitar preguntarse qué había en el medio. Quería echar un vistazo a todas y cada una de las facetas que hacían a Akaza Akaza. Quería saber qué era, quién era, lejos de lo obvio.
Sólo quería saber... más.
Y lo peor de todo probablemente era que no se sentía tan culpable pensando en esto como antes. Debería sentirse culpable. Akaza era un demonio, una Luna Superior, un asesino con probablemente más sangre en sus manos de la que podía imaginar. Era una amenaza para todo lo que representaban los cazadores de demonios. Pero esa conversación con Tanjiro, de alguna manera, había abierto un nuevo camino, una nueva vista, nuevas posibilidades. Y quería intentarlo.
Pero Akaza permaneció oculto, fuera de su alcance.
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Un golpe en su ventana lo despertó.
Parpadeó para alejar el sueño. Su habitación estaba llena de luz y soleada, lo que significaba que todavía debía ser alrededor de la mitad del día. Los golpes se hicieron más insistentes, así que se levantó y abrió la ventana al cuervo que esperaba afuera, escondiendo un bostezo detrás de su mano.
