Poemas para pensar, reír, llorar y amar

Primavera

En primavera te he conocido.
Fue una tarde ventosa muy especial,
cálida y hasta la noche de alegría parcial.
Desde ese día nada fue como antes había sido.

Distraída, ella del transporte descendió.
Mi distracción, con tu presencia se desvaneció.
Algo en ti atrajo tanto mi atención,
que mi corazón cálidamente se estremeció.

Apenas podía creerle a mis ojos,
te seguí con la mirada mientras te me acercabas.
Sin buscarlo, robabas miradas a tu antojo,
mientras mi corazón ya el tuyo anhelaba.

Dijiste mi nombre y campanas sonaron.
Lancé al aire tu nombre sin apellido.
Mis ojos y mente en ti se habían perdido.
Contigo a partir de entonces mis latidos se dispararon.

Un tonto hubiera sido si nunca te hubiera hablado.
Supe que era algo que de algún modo debía hacer.
Cuando por fin un pretexto había encontrado,
intercepté tu elegancia y mis palabras dejé caer.

Fue la primera vez que escuché tu voz dulce,
aunque no era la primera vez que sentía tus palabras.
Hay en ti algo más allá que me enamora y me seduce.
La magia de tu mirada fue más que mil abracadabras.

Luego de esa primera vez hablamos varias veces,
siempre ansioso cuando con tu sonrisa amaneces,
me cautivaron, tus miradas me estremecieron.
Tu cristalina alma en la mía estragos hicieron.

Fue muy grato descubrir tantas coincidencias.
¿Será que ya nos conocemos? ¿De donde hemos venido?
No me extrañaría que antes fuéramos la misma consciencia.
Hasta en el mismo barrio del mundo hemos nacido.

¡Soy feliz en este momento, felices son mis horas,
por fin estamos juntos y has aceptado mis invitaciones!
Te conocí en primavera, es invierno ahora,
tu calidez derrite el frío, me hace escuchar canciones.

Tu alegría y belleza sin dudas son infinitas.
Estoy ansioso de que tengamos muchos encuentros más.
La distancia que hay se hace cada vez más finita,
estoy sintiendo que de ti no me voy a separar jamás.

Esperaré ansioso por nuestro próximo encuentro.
Mis caricias, mis miradas, mi alegría te quiero dar.
Tu compañía es tan dulce como un caramelo bien adentro,
así como tus labios que por fin volveré a besar.