el chico de los rizos

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Como cada mañana, volvía a la rutina, pero esta vez sin Bea, seguía mala. Ese día no pasé por el parque, cogí otra calle, un atajo.
Aquel día en clase fue muy aburrido, sin Bea todo lo era.
Llegué a casa y mi hermano acababa de llegar.
- Hola Olga, ¿qué tal en clase?
- Bien, bueno, Bea no estaba
- ¿Qué ha pasado?
- Estaba mala, no es nada
- Ah bueno. Por cierto, no voy a estar mucho por casa estos días
- Tranquilo, eso ya es costumbre
- Lo siento
- No lo sientas
Me besó la frente y se marchó.
Como todas las tardes, volví a la cafetería, pero Ferrán se tuvo que ir pronto, tenía que hacer algunos recados, por lo que me quedé sola.
Llegó un chico al que nunca había visto por aquí. Solía venir gente del barrio o que trabajaban cerca. Se sentó en una de las mesas más cerca de la barra y se quedó mirándome. Era de estatura media, tenía el pelo rizado y castaño, unos ojos brillantes marrones y unos labios bien delimitados. Cuando mis ojos coincidieron con los suyos, se rió y miró hacia la mesa.
Me acerqué para atenderle.
- ¿Qué vas a tomar?
- Una coca cola por favor
- Enseguida
Cogí una coca cola de la nevera, la abrí y se la serví.
- Aquí tienes tu coca cola
- Vale, gracias
Me fui hacia la barra, estaba apunto de cerrar, él era el único que quedaba dentro.
Fui a la nevera y me cogí una coca cola. Me apoyé en un lado de la barra, me miró, y bebimos el primer trago a la vez. Cuando terminó, se rió y apartó la mirada.
Se levantó, vino a la barra, pagó y se marchó.
- Hasta mañana
- Adiós

nunca estarás solaWhere stories live. Discover now