singstar

101 6 0
                                    

Aquella tarde no podía dejar de pensar en todo. Quedé con Bea y se lo conté.
-Uyuyuyu que Olga se nos rebela.
-No seas tonta, sólo somos amigos.
-Si si, eso ahora.
-Tía, si ni siquiera le conozco.
-Bueno, ya verás.
-Tranquila, que no.
Nos pasamos la tarde jugando al singstar, si, a ese juego. Lo amábamos, llevaba canciones de camp rock, high school musical, hannah montana... En fin, que nos encantaba.
Obviamente yo ganaba, era la mejor (eso ha quedado algo egoísta).
Me gustaba cantar, y no se me daba muy mal, supongo. La música siempre era algo que me acompañaba, era imprescindible para mí.
-Tía, tienes que hacer algo con esa voz, no puedes desaprovecharla.
-No es para tanto.
-Sí, si que lo es.
-¿Tú crees?
-Sí, es lo que pienso.
Tenía una guitarra, era de mi madre. Ella es la que me había enseñado todo lo que sé acerca de la música, ella la vivía, era su vida.
Al llegar a casa no tenía ganas de cenar, me senté en la cama, y empecé a tocar algunos acordes. Ese momento era el mejor del día, era cuando realmente me sentía bien, estaba en mi mundo, estaba con ella. Recordaba cada nota que me enseñó, cada canción, todo.
Antes de que mi madre falleciera, las dos estábamos componiendo una canción. Teníamos unos cuantos acordes, pero nada más. Risk it all la nombramos. Esa noche estuve intentando continuarla y saqué algo más y canté algunas frases. No estaba mal por ahora, pero quedaba bastante. Me acosté pensando en la canción, pero me dormí enseguida.

nunca estarás solaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora