🔗Capítulo 35🔗

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No hay felices por siempre

Artemisa Morelli

Para llegar hacia el lugar en donde se realizará la ceremonia debemos tardar como mínimo dos horas en llegar, escogieron el lugar perfecto para no ser encontrados, pero ese plan les funciona con idiotas, no con personas especializadas como nosotros.

Pasamos toda la madrugada buscando puntos de acceso en donde escondernos y saber como ejecutar el plan, ahora me encuentro sentada en el asiento del copiloto mientras escucho como Domenico da órdenes desde un monitor mientras se mantiene recostado del asiento del piloto.

― Ya hemos entrado, señor.― uno de los hombres de mi padre que se encuentra adentro en la fiesta comenta desde la otra línea.

― ¿Qué panorama tenemos?

Se ve despreocupado, no pudimos llegar a tiempo para impedir la boda, finalmente lograron casarse, pero sí llegamos a tiempo para llevarnos a Alessandro, hoy pienso tomar lo que me pertenece y desaparecer a Atenea de nuestras vidas.

― Todo se mantiene en orden, hay pocos hombres, lo que significa ventaja para nosotros.

― ¿Ya vieron al Max Steel?― me mira de reojo mientras reprime una sonrisa.

― Si señor, este se encuentra al lado de la novia.

― Bien, entraremos por él, manténganse alerta.

― Entendido, señor.

Toma sus armas y las coloca en los puntos seguros de su traje, tiene un chaleco antibalas debajo de su camisa, intento tomar mi arma, pero me lo impide, cierra mi puerta con seguro.

― El plan es que te quedes en el auto, no eches a perder lo que tanto nos ha costado.― detiene mi mano.― Esa fue la única condición de tu padre para dejarte venir con nosotros.

― Está bien, esperaré aquí.― resoplo con fastidio, no tiene caso que siga insistiendo.

― Si te mueves de aquí enseguida se emitirá una alerta en mi celular, tienes un sensor puesto.― abre la puerta y sale de la camioneta.

Me recuesto del asiento con los brazos cruzados, no tiene caso que quiera entrar, no van a dejarme hacerlo, observo cada movimiento que hacen para entrar a la casa de campo en donde realizan la fiesta, mi celular suena, Luciano es quien me llama.

― ¿Sí?― contesto.

― Ya llegamos al lugar, estamos en la parte trasera.

― En el momento en que la vean a solas, se la llevan.

― Nos mantenemos a la espera.

Cuelgo la llamada y dejo mi móvil en el lugar que se encontraba antes de la llamada, me mantengo alerta de cada movimiento o sonido, hasta el momento no se ha escuchado el primer disparo, eso quiere decir que las cosas van marchando bien.

Sed de PecarWhere stories live. Discover now