Emily ha estado toda su vida deseando tener una floristería gracias al amor y magia que emprende de su madre por las personas y su padre por cualquier cosa que brote de la tierra.
Sin embargo, la vida no es capaz de sonreír todo el tiempo.
Su vida c...
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Emily jamás piso un consultorio de psicología, no por voluntad propia. Las únicas veces eran cuando iba para recoger a Alex o Milo después de esa lucha que tuvieron que soportar cuando pasaron por el divorcio de sus padres, ninguno hablaba o decía mucho, pero cuando asesinaron a su padre le dijeron que era tranquilizador ir a uno. Aun así, no lo hizo, por miedo a que le dijera todo en lo que debía mejorar y que era agotador ser tan buena como ella buscaba serlo. Solamente no quiso escucharlo en ese momento.
Emily entendió que necesitaba avanzar de una u otra forma y mucho más ahora que tenía una relación, que era madre, pero, sobre todo: perdió a la mujer más importante de su vida. Hace mucho se sintió fuerte porque dejo esa dependencia económica por su madre, no tardó mucho en darse cuenta de que siempre la iba a necesitar, aun si ya no vivía bajo su techo, aun si no la veía todos los días. Siempre sentía que la necesitaba; durante su embarazo la necesito, pero le gano el miedo.
Constantemente solía llamarla fingiendo preguntarle alguna receta que ya conocía solo para escucharla y fingir que le estaba diciendo la verdad. Era asfixiante sentir que lo dijo demasiado tarde, pero también liberador saber que al menos se lo dijo.
Eliot también quería avanzar, aunque sintió que no lo necesitaba y solo eran ocurrencias de su novia. Cuando se rompió a llorar frente a un desconocido que le pregunto sobre sus padres, supo que ese avance no era una ocurrencia. Su sobrina no estuvo todo el tiempo que él quería y nada iba a reparar eso, sus hijos no lo iban a reparar, su relación, su hermana. Nada iba a reparar esa perdida, solo le faltaba entenderlo.
Entender que muchas de las cosas que le hicieron daño no fueron su culpa y entender que no era un producto de una decisión egoísta. Algo que Alice le repitió muchas veces, solía decirle su nombre y hacerlo repetir que se llamaba Eliot y que sería Eliot si él decidía serlo. Aunque lo decidió, aún tenía muchas cosas encima para estar completamente bien, la perdida de su sobrina y su esposa eran parte de ese dolor, no todo.
Algunas veces las terapias eran en pareja, Emily hablaba de lo mucho que le molestaba Eliot cuando dejaba sus responsabilidades por estar con ella y Eliot no se quejaba, para él todo lo que tuviese a Emily era algo tranquilizador.
Los dos sabían que las personas son frágiles sin importar cuando hayan afrontado, era una fragilidad humana que los invadía y de la que se sentían cómodos. El cómo acosaron a Emily, asesinaron a su padre, las amenazas de abuso y todo lo que llego después rompía a Eliot, a pesar de que ella lo estaba dejando ir, era algo que le molestaba, pero debía aceptar. Los atormentaba, los recuerdos los iban a atormentar de una manera tan vivida que algunas veces sentirán como siguen viviendo en ese momento y solo pasará hasta que se vuelva un recuerdo silencioso que hará un pequeño eco a lo largo de sus vidas. Los maltratos de sus padres iban a seguir tras Eliot, aunque la época más baja de su vida le ayudo a conseguir muchas personas que aún seguían ahí, sus decisiones erróneas también lo seguirían.
