•°Crayon°• /Bakushima/

25; Salida

Meses después.

Aizawa ingresó en la clase somnoliento como siempre solía estarlo, mientras que sus pequeños e irritantes alumnos no paraban de hablar, gritar y jugar entre ellos. Aizawa dejó caer todos los papeles que transportaba con él sobre la mesa, creando un gran estruendo cuándo esta impactó con la madera de la mesa, cosa que hizo que todos los niños quedaran en silencio.

—Bien, niños, tengo una buena noticia para vosotros.—Dijo, bajo las miradas atentas de todos ellos.—Tras un tiempo hablándolo, los encargados de la piscina local nos han dejado hacer una salida con vosotros a la piscina por el final del curso.

A continuación, todo lo que se escuchó en el aula fueron las celebraciones de los infantes, emocionados por aquella salida a la piscina. Todos muy emocionados, volvieron a empezar a parlotear entre ellos sobre lo mucho que les apetecía o en los toboganes por los que planeaban tirarse aquel día. Aizawa, algo harto, tuvo que volver a pedir silencio. Ser el profesor de unos niños de diez y nueve años era realmente agotador.

—Necesito que vuestros padres...—Miró a Eijiro.—O madres, firmen esto, para saber que os dan permiso para ir a la salida.

Seguidamente, comenzó a encaminarse por el aula mientras repartía a cada uno una pequeña hoja de autorización. Eijiro en cuánto la tuvo entre sus manos la leyó, e inmediatamente se volvió hacia Katsuki, en cuánto leyó que debían estar en la piscina junto con —al menos.— un compañero.

—Vas a estar conmigo, ¿verdad?

—¿Voy a estar contigo? ¿cuándo?

Eijiro hizo una mueca de fastidio.—Tenemos que estar con al menos un compañero en la piscina, para no perdernos o algo así, vas a estar conmigo, ¿cierto?

—¿Cuándo no estoy contigo?

Eijiro sonrió feliz ante esa respuesta, pues le había quedado más que claro que era un "sí" definitivo, y felizmente volvió a girarse para volver a mirar al frente, y guardó la autorización en su mochila.

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El sol relucía cómo nunca, pese a que los meses más calurosos aún no habían comenzado. Los niños miraron boquiabiertos cómo no había absolutamente nadie más allí, era todo para ellos. Pese a que Aizawa y Hizashi trataron de hacerlos dejar todas sus pertenencias de forma ordenada, no pudieron, inmediatamente todos los niños se condujeron al agua, sin siquiera preocuparse por ponerse crema solar.
Pronto ambos suspiraron, y se dejaron caer sobre las hamacas, definitivamente, ese trabajo sí era agotador.

—¡Podéis hacer lo que queráis!—Comenzó a gritar el profesor de inglés.—¡Excepto tiraros por los toboganes más altos, son peligrosos para vosotros!

Katsuki mientras tanto condujo a Eijiro hacia uno de los toboganes acuáticos más altos de todos. Tenía muchas ganas de tirarse por ahí, pues su madre siempre se lo prohibía por ser "para niños mayores" pero ahora ella no estaba ahí, y también, así podría demostrarle a Eijiro lo valiente que era, tanto cómo para atreverse a tirarse por el más alto de los toboganes del parque, Eijiro quedaría prendado ante su valentía, estaba seguro de que eso sucedería.

—¿Vas a lanzarte por ese tobogán?—Tal y cómo él predecía, Kirishima lucía francamente impresionado.

—Claro, siempre me lanzo por este, es mi favorito.—Mintió.

—También es el favorito de Akemi y sus amigos. Pero mis mamás nunca me dejan ir con ellos, dicen que es demasiado alto para mí.