MI VECINO.

3.8K 16 0
                                    

Mis padres y yo nos habíamos mudado a un nuevo piso después de mi cumpleaños número 18. Momento en el empezaba a descubrir mi sexualidad, lo que me gustaba y lo que no, pero para ser sinceras me gustan muy pocas cosas.

Soy delgada y con un buen culo, así que casi todos los chicos se acercaban a mi incluso también los suelo llevar a casa cuando mis padres no están y follábamos como locos en mi habitación, eso era la ostia.

Pero todo eso cambió porque mis notas empezaron a bajar y tuve que concentrarme en los estudios para sacarme bachiller y poder comenzar un grado.

Mi sueño es conseguir un trabajo en el que se pueda trabajar desde casa para así poder salir los findes de semana de fiesta y de paso ganar un poco de dinero para comprarme mi propio apartamento ya sabéis para no tener que estar pendiente de cuando tengo la cosa sola para poder traer a mis "ligues" por llamarlos de alguna forma.

Por problemas como ese, estuve saliendo durante un tiempo con chicos que tuvieran su propio apartamento para poder hacerlo sin ninguna preocupación de que nos pillaran.

Es por eso que un día me fijé en mi vecino. Al principio no lo conocía, mis padres sólo se hablan con los más cercanos en las mañanas antes de irse al trabajo.

Mis padres se habían ido con unos amigos, mientras yo chateaba por badoo con un supuesto moreno que estaba como un queso. Estaba tirada en la cama con un bikini que solía ponerme antes de irme a la piscina, cuando desvié mi mirada a la ventana unas milésimas de segundo y lo que vi me dejó con la boca abierta.

Un chico de esos deportistas que entrenan en la terraza ¡Sin camiseta! se me hacía la boca agua sólo de verlo. Tenía la piel tostada por el sol, con el pelo negro tirando a castaño que se le quedaba pegado a la frente por el sudor.

Fue regulando los ejercicios hasta que paró para coger una toalla pasándola por la cara y por la espalda para quitarse parte del sudor. Se iba a dar la vuelta así que aproveché la ocasión que me estaba dando el universo para que me pudiese notar y que se quedara fascinado con mi cuerpo, me levanté de la cama simulando que iba a coger algo de ropa para vestirme.

Por el reflejo del espejo podía ver que no paraba de mirarme, mientras escogía una camiseta y unos pantalones cortos. Volví a mirar hacía la ventana ¡Seguí mirando! Uff de espaldas no me había fijado en sus abdominales marcados.

Finalmente me puse la ropa que había escogido frente al espejo y decidí que aquel era el momento para dar la cara. Ambos nos miramos a lo que yo aproveché para mirarle mejor, sonreía algo sonrojada. Me saludó con la mano haciendo un gesto para que saliese a la terraza.

Derek: Hola ¿Vas a la piscina? - Me preguntó con una voz gruesa-

Natalia: Sí, iba a ir esta tarde con mis amigas, soy Natalia.

Derek: Natalia, bonito nombre. Yo soy Derek, decía si querías venir a mi piscina privada y de paso tomar algún trago. - La idea se me hizo tan irresistible que no pude negarme-

Natalia: ¿Piscina privada? ¡Suena de lujo!

Derek: Pues ven al número 4.

Natalia: Ahora bajo. - Salí de la terraza y metí en el baño-

¡No lo puedo creer! ¡Un chico tan guapo me ha invitado a su casa! ¡Y es mi vecino! Aquello no me lo había planteado.

No pensé que mi plan iba a funcionar tan rápido en vez de dar largas como siempre, esta era la oportunidad perfecta para conseguir lo que quería. Un sitio para follar cuando quisiera y encima con mi vecino que está para comérselo.

Relatos eróticosWhere stories live. Discover now