CAMPING

3K 21 0
                                    

Ainhoa: Una ovejita, dos ovejitas, tres ovejitas, cuatro ovejitas, cinco ovejitas....

Jonathan: Cállate—Gruño Jonathan a mi lado.

Era un silencio bastante tentador, estábamos dentro de nuestra tienda de campaña intentando dormir, por lo menos yo, todos nuestros compañeros están en su tienda con su compañero y por desgracia a mi me ha tocado con el chico que me gusta desde 1º. Yo solo estoy contando ovejas para que me de sueño, y saben que, ¡Es pura mentira! No sirve de nada.

Ainhoa: Es que no puedo dormir—Susurre.

Jonathan: Entonces cuéntalas en tu mente—Se acomodo con sus manos en la nuca. 

Sin decir nada me tumbo de una manera para que pueda verlo, mire cada detalle de su rostro, hasta sus pequeños lunares al costado de su mejilla, lleve mi dedo hasta su mentón donde tenía un poco de barba, apenas le crecía.

Ainhoa: ¿Por qué tienes barba?—Pregunté de repente.

Jonathan: Porque soy chico—Dijo con los ojos cerrados.

Ainhoa: Yo también quiero barba....

En un rápido movimientos Jonathan me envolvió entre sus brazos poniéndose en posición de cuchara detrás de mi pegándome a su cuerpo. 

Jonathan: Ahora guarda silencio—Susurro en mi oído.

Me acomode mejor en su brazos, su mano derecha esta en mi cintura , siento su respiración en mi cuello y su corazón latir a través de mi espalda, el ruido de los arboles afuera moviéndose por el viento era algo relajante, cerré mis ojos dejando que el sueño poco a poco vaya llegando. Cuando creo que por fin lo estaba logrando, la mano de Jonathan acariciando mi abdomen me impide llegar a conciliar el sueño.

¿Puedo estrangularlo? Su mano acarició mi abdomen haciendo que mi piel se erizara, me tense aún más cuando su mano comenzó a bajar mi pantalón del pijama junto con mis bragas.

Ainhoa: Jonathan...—Dije en un susurro.

Jonathan: Tranquila, voy a hacer que te canses y te duermas niña.—Deslizó su mano por mi abdomen.

Ainhoa: Pueden escucharnos.

Jonathan: No, si no haces tanto ruido.

Su mano llego hasta mi coño para comenzar a frotar mi clítoris rápidamente, mordí mi lengua por dentro evitando que saliera algún gemido o jadeó, ya estaba bastante húmeda y eso hace que su dedo se deslicé muy fácilmente, metió un dedo en mi interior y la movía muy bien, abrí mis piernas un poco más para darle espacio a sus movimientos, su polla comenzó a crecer la sentía chocando con mi culo.

Cuando sentí que estaba por correrme sacó su mano, se movió para atrás, estaba bajando su pantalón de pijama, cuando bajo su bóxer su pene ya erecto chocó contra mi culo, me tomó de las caderas frotándome contra él,  comenzó a moverme, se sentía tentador para mi que no la metiera estaba muriéndome por que lo hiciera.

Jonathan: No puedo esperar para estar dentro de ti—Dijo en mi oído con voz grave mientras mordía el lóbulo de mi oreja.

Tomo mi culo entre sus manos lo abrió, y comenzó a introducirse dentro de mi con facilidad, cuando estuvo por completo dentro sentí como toco fondo haciéndome jadear.

Ainhoa: ¿Y el condón?—Dije cuando me di cuenta de que no se lo había puesto.

Jonathan: Terminaré fuera, no te preocupes. —Dijo besando mis labios.

Tomo mi pierna y la subió en sus caderas para comenzar a embestir rápidamente sin perder el tiempo, mis gemidos se callaban con el beso. Su pelvis chocando con mi trasero formaba un ruido bastante ruidoso, y a la velocidad con la que embestía se escuchaban más. 

Mientras el embestía con rudeza toma su pierna para a pegarme más a el y sentirlo cada vez más dentro de mi, mordía mi lengua para evitar gemir mientras el gruñía y jadeaba en mi oído haciendo que me excitará más, beso mi cuello y mejillas, su mano se aferro a mi abdomen abrazándolo pegándome más el. Su mano tomó mi cuello y la otra tapo mi boca, penetraba más fuerte cada vez y su agarre en mi cuello se apretaba cortándome la respiración, mis gemidos eran tapándonos por su mano en mi boca, sus gruñidos en mi oído aumentaron y casi puedo jurar que lo oí gemir.

Cuando mis piernas comenzaron a temblar y sus embestidas iban más allá de rápido supe que ambos estábamos por llegar a nuestro límite, sentía su polla palpitar dentro de mí como entraba y salía con rapidez mientras sentía como sus huevos chocaban con mi culo.

Ainhoa:¡Jonathan!—Gemí advirtiendo que ya iba a correrme aferrando mi agarre en su pierna casi enterrando mis uñas.

Salió de mi rápidamente empujándome lejos de el.

Jonathan: Joder—Jadeo con su respiración agitada, tenía su brazo cubriendo sus ojos, baje la mirada a su polla de la cual salían sus fluidos y alrededor de estar caía y estaba los míos—Eres la puta ama del sexo.

Que te diga eso el chico del que llevas enamorada desde que le vi por primera vez es un puto milagro. ¡No me lo creo!

Relatos eróticosWhere stories live. Discover now