El cazador.
Aileen Georgiou vivía en una muy fea pesadilla.. sus ojos solo captaban oscuridad y su cuerpo unas frías cadenas que la amarraban a un espantoso sótano.
Sus fosas nasales solo olían a.. «acónito» ese olor que cada vez se hacía más fuerte...
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Capitulo 48
Aileen sonrió mientras se planchaba el cabello antes de sonreír dejando la plancha aun lado.
—¿saldrás? —preguntó rebekah entrando.—
—Supongo. —murmuró Aileen dándole una sonrisa a lo que está se la devolvió.—
—¿Y con quieeeen? —se atrevió a preguntar rebekah sentandose en la cama.—
—conmigo.
La mirada de ambas chicas viajo a Elijah que las miro desde la puerta.
cómo siempre, lucía su traje y su rostro era más que seriedad. No es raro.
Rebekah le sonrió mientras volteaba a mirar a aileen que le dió un asentimiento.
—oigan, ¿Eso que van a salir es cómo una cita? —preguntó Rebekah mirando la ropa de aileen.—
—No.
La respuesta fue de ambos juntos haciendo sonreír a Rebekah que nego divertida.
—¿Quieres venir? —preguntó Aileen mientras Elijah le daba un asentamiento.—
—Claro, solo estate un rato porque no quiero llegar tarde.
Rebekah dejo un beso en el hombro de aileen antes de caminar a la salida sonriendo.
Elijah miro a Aileen que lo miro de reojo por el espejo mientras soltaba la toalla.
El Mikaelson trato de no mirar más allá ya que la Georgiou se encontraba en solo lencería.
Aileen sonrió mientras se acercaba a Elijah que se mantuvo firme viendo caminar a la Georgiou
Gracias rebekah, gracias por haber cerrado la puerta.
Aileen se acercó al Mikaelson antes de sonreírle mientras pasaba sus manos por el cuello de este.
—¿Me ayudas? —preguntó Aileen señalandole el vestido que se encontraba en el clóset.—
la rubia se separó sonriendo antes de voltearse dispuesta a irse al clóset pero, Elijah la tomo de las caderas pegándola a el.
La Georgiou mordió su labio cuando sintió que un gemido se escaparía de su boca al sentir la erección de Elijah.
—siento un poco de decepción que no me dejes escuchar lo que quiero escuchar.. —murmuró Elijah con una voz extremadamente.. dios, no podría explicarlo.—
la rubia sintió como Elijah la movió un poco sabiendo lo que causaba.
—¿Te quedaste muda Aileen? —preguntó Elijah mirando como la rubia cerraba los ojos sintiendo lo que quería sentir.— ¿Te gusta lo que sientes Aileen? —elijah sonrió.— ¿entonces, te ayudo a ponerte el vestido?
