Perrito de Terapia

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Al despertar, Neo se había ido. Supuse que fue a darle el desayuno a mi suegra pero al ir a la cocina, estaba arrodillado llorando sobre el regazo de su madre.

Quise consolarlo cuando todos bajaron. Rápidamente, Fred llamó a sus primos el forense y sheriff de la zona para ayudarnos. Como se había previsto, prepararon todo para el funeral.

Neo seguía fuera de sí y al no reaccionar, los demás lo dejaron tranquilo

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Neo seguía fuera de sí y al no reaccionar, los demás lo dejaron tranquilo. Por más que le hablaran para darle el pésame, no se levantó de su asiento pero lo más extraño fue, que al funeral asistió demasiada gente desconocida que nos decían tíos.

-Lo lamento tía Eve pero es mejor dejar que el tío lo procese tranquilo. Si necesitan algo, avísanos- una chica pelirroja y su novio nos saludaron

Cada persona que venía hasta nosotros decía exactamente lo mismo y ante la duda, fui a buscar a quien podría conocer a esta gente.

-Vieron a Walter?- interrumpiendo a Wen y Sandy, pregunté por el

-Creo que fue su buscar a alguien. A propósito, cómo sigue?- volteando a ver a Neo que estaba sentado en la recepción, se quedaron pensando

-No me responde y dudo que lo haga. Ni siquiera cuando los niños le hablaron se inmutó. Qué se supone que haga?-

-Dale su espacio.- Walter apareció con un hombre de mediana edad de pelo negro largo que lucia como un mafioso y decía ser otro tío suyo

Sin embargo, a pesar de ser alto e intimidante me abrazó tan fuerte como si hubiera pasado mucho tiempo de no vernos.

-Siento mucho la pérdida, de verdad lo siento- resultó ser muy cariñoso

-Gracias- su olor me era familiar e intenté recordar de donde

-El tío Neo está por allá. Tienes una hora antes que salga tu vuelo- no me quería soltar hasta que Walter lo apartó

Disculpándose, se fue deprimido hasta mi esposo y al buscar acompañarlo, me bloquearon el camino.

-Qué haces? Déjala pasar- Wen se cabreó

-No puede ir. Esto es entre ellos dos- de repente todos los que vinieron, se alejaron de Neo para dejarlo a solas con aquel hombre.

**
La muerte es inevitable y por más que deseara que fuera un sueño, esto era una vívida pesadilla.

Ni siquiera me di cuenta que estaba rodeado de personas extrañas de luto y menos, como había llegado a la recepción hasta que alguien se sentó a mi lado.

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Devuelvan a la villana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora