Capítulo 3: Cazando al acosador.

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Paredes carentes de color, sin ventanas, un lugar apenas decorado con un escritorio y una silla, donde es sentado sin delicadeza. Sus ojos dorados son encandilados por la potente luz. Otra vez está ahí, en "La habitación blanca".

Un expediente cae sobre la mesa, compuesto de diferentes documentos y fotografías. Los mira detenidamente, diferentes ubicaciones, personas, rasgos y alias, pero todas parecen compartir algo en común. Uniformes negros y el tatuaje de un dragón grabado en sus brazos.

Aprieta los dientes cuando siente el picor de la aguja en su cuello. Un rastreador, un seguro para no huir. No es como si tuviera alternativa, hace tiempo que se rindió ante su destino. Como un animal enjaulado por años, sometido al cautiverio. No conocía nada más que aquello.

Su nariz capta un olor dulce, una tela le es entregada, el pedazo que parece haber sido cortado de una camisa, también percibe un ligero aroma a sangre en ella. Muy posiblemente arrebatado en alguna disputa violenta.

La foto de un chico de largos cabellos rojizos es señalada y apartada de todas las demás, su objetivo tiene ojos verdes, intensos. Memoriza todo, alternando su mirada entre la información presente y la fotografía.

— Lo queremos vivo— Una voz distorsionada se oye a través de un parlante, la única voz "humana" con la que está familiarizado desde hace mucho— Puedes tomarte el tiempo que sea necesario para investigarlo. No lo arruines.

Eso último es nuevo, debe ser un objetivo de mucho interés. Sus misiones siempre son rápidas, solo debe identificar y cazar. Por alguna razón esta tarea es diferente a las otras.

— Fallar no es una opción, Cazador.

El chip de rastreo en su cuello es activado, si decidiera quitárselo, él sería la presa.

Mira la fotografía de aquel misterioso muchacho, una última vez.

De vuelta al presente. Lance miró a su alrededor cuidadosamente después de leer aquella nota, sabía que no era un idiota descuidado como para no darse cuenta de que alguien lo seguía, pero confiaba en la palabra de aquel niño, el acosador debía ser hábil, tal vez demasiado... No encontró nada sospechoso en su inspección. Debía ser un sobrenatural, al igual que ellos.

— Mierda— Susurró, saliendo de aquel local sin rumbo conocido. Debía deshacerse de ese sujeto pronto.

Tecleó un mensaje rápidamente en su celular, mientras su mente trabajaba velozmente ¿Desde cuándo la seguían? ¿Qué querían de él? Bueno, aunque esa última pregunta era irrelevante, había hecho enojar a muchas personas poderosas los últimos meses.

No tardó en recibir una llamada.

— Scott y Kyle ya fueron advertidos, tomarán caminos alternos— Armin le informó, lo que le quitó un gran peso de encima. Odiaba la idea de que otros cargaran con la consecuencia de sus descuidos— Ahora mismo estoy accediendo a las cámaras disponibles en tu ubicación. Sé visible hasta que pueda identificar a tu "Stalker".

— Entendido.

Lance colgó la llamada. Visible, debía ser visible, observó un centro comercial cruzando la avenida, era perfecto.

El pelirrojo recorrió las diversas tiendas departamentales del lugar, cruzando por los ángulos visibles de las cámaras que tanto le habían enseñado a evitar. Repasó mentalmente sus últimos movimientos, rara vez llamaba la atención, no si no era necesario. El sujeto que le seguía debía ser inteligente o muy estúpido como para acosarlo. Los espías no tenían un buen final cuando Lance les descubría.

Una notificación llegó a su teléfono minutos después, una captura de pantalla de una de las cámaras, de una de las tiendas que había visitado. "Tu acosador" podía leerse debajo. Armin era excelente en su trabajo.

Era un hombre alto y de cabellos oscuros, no se le veía bien el rostro por llevar una especie de mascarilla, y una capucha. Era alguien de apariencia sospechosa sin duda, pero no recordaba haberse topado de frente con él en ningún momento, extraño.

Bien, ya tenía su objetivo, ahora solo debía aislarlo y atacar.

La alarma contra incendios no tardó en sonar, cuando el humo proveniente de uno de los vestidores de una tienda de ropa se hizo evidente. Los presentes comenzaron a ser evacuados rápidamente, incluidos los trabajadores del centro comercial. Bien, tendría alrededor de diez minutos antes de que los bomberos llegaran a la escena, debía ser rápido. Armin ya se había encargado de todas las cámaras, borrando toda evidencia de su presencia.

Mientras evacuaban, Lance se desvió del tumulto de gente asustada, para dirigirse a una zona que estaba en remodelación, saltándose las diversas advertencias que prohibían el paso. Se recargó en una de las paredes sin terminar, mientras desenfundada su cuchillo favorito, preguntándose si su acosador sería tan estúpido para caer en su trampa. Escuchó los pasos sobre el suelo cubierto de polvo de yeso, al parecer sí lo era.

No lo dudo y arremetió contra la figura oscura apenas apareció en su campo de visión, escuchando claramente el sonido provocado por el golpe de la espalda del sujeto contra la pared. Sostuvo el cuchillo contra su garganta, sin vacilar.

— ¿Quién te envía? — Exigió.

Recibió una mirada dorada confundida a cambio.

— No soy tu enemigo— Susurró.

Lance, como era de esperar, no le creyó, pero en vez de continuar con el interrogatorio, se aseguró de ver mejor a su acosador. Levantó su capucha, liberando aquel cabello salvajemente negro, y rasgó la mascarilla, solo para descubrir que aquel sujeto era joven para ser un espía, y que tal vez tenía una edad similar a la de él.

Luego comprobó que armas llevaba consigo el chico, pero se llevó una sorpresa al no encontrar ninguna ¿Qué clase de espía no cargaba armas consigo?

— ¿Para quién trabajas? — Continuó el interrogatorio, amenazador.

— No lo sé.

— ¿Acaso estás jugando conmigo? — Lance presionó aún más el cuchillo contra el cuello del pelinegro, podía oír con claridad su respiración, al estar tan cerca el uno del otro, pero, a diferencia de lo que se esperaba en esta situación, el sujeto parecía calmado.

— No, no lo hago— Pronunció, añadiendo una mueca.

¡El maldito tuvo el descaro de sonreírle! ¡Iba a matarlo!

— Te advierto que no es bueno jugar con los límites de mi paciencia.

— No lo hago— El aludido repitió— Realmente no sé quién soy, no conozco a la gente con la que trabajo, al menos no directamente, y solo sé que tú eres mi objetivo, ellos realmente quieren tenerte.

Lance no tuvo tiempo de expresar confusión ante esa respuesta tan inesperada, ni tampoco tiempo para seguir amenazándolo.

La expresión del rostro del pelinegro había cambiado tan drásticamente, que su sonrisa se había desvanecido por completo, y su atención se había desviado a la entrada del lugar.

— Hagas lo que hagas, no aspires el humo— Advirtió.

— ¿Humo?

Entonces un fuerte estruendo los interrumpió, acompañado de una onda expansiva que los lanzó lejos. Una explosión, proveniente del lugar que el pelinegro había anticipado.

Claramente la situación había escalado a límites peligrosos.  

La mafia sobrenatural [Versión BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora