Capítulo 27

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Cuando YoonGi llegó a casa, JungKook ya estaba allí. Le habría gustado ir directo a su habitación, pero su esposo se encontraba en la planta baja, en el vestíbulo, dando instrucciones a uno de los criados. Tan desgraciado se sentía que sufrió con placer la humillación a la que se veía obligado a someterse. Se detuvo delante de él.

—Iré contigo a ese sitio.

—Ah, bien.

—¿Cuándo quieres que esté preparado?

—Mañana por la noche.

YoonGi no habría sabido precisar de dónde salió el espíritu de bravuconería que se apoderó de él. La indiferencia de su marido fue como un aguijonazo y lo impulsó a decir algo que lo sorprendió así mismo:

—Supongo que no necesito llevar más que unos trajes de verano y una mortaja, ¿no es así? Al fijarse en el semblante de su marido advirtió que la frivolidad de su tono lo enfurecía.

—Ya le he indicado al ama lo que necesitas.

YoonGi asintió y subió a su habitación. Estaba muy pálido.

El velo pintado (KookGi)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz