SERGUEIV Y DIMITREI (X)

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La mañana era realmente radiante. Sergueiv despertó cuando un rayo de sol se coló a través de su ventana, y le dio justo en el rostro. Despertó con mucha pereza; el día anterior había sido muy ocupado para él, trabajando en la cancillería hasta casi la medianoche.

Se incorporó de la cama y suspiró con tristeza al ver que junto a él sólo había una almohada: Dima durmió en su habitación.

Desde que Dimitrei y Tatiana se encontraron, y este supo de su relación formal; su respuesta para Sergueiv fue ignorarlo. El alfa y el omega volvieron a distanciarse.

Nuevamente Sergueiv sufría el rechazo de Dima.

La mansión de los Koslov seguía siendo un campo de batalla, en el que el delicioso y orgulloso omega siempre dominaba la situación.

Sergueiv había arreglado que una vez por semana, los sábados, viniese un equipo de limpieza para atender el mantenimiento de la mansión. Del mismo modo contrató un servicio para la lavandería y tintorería; y uno de los restaurants más populares de Tallin, tenía la responsabilidad de dejar un pedido diario para suplir los desayunos, almuerzos y cenas de los hermanos Koslov.

Alesko coordinaba todos estos servicios externos, de modo que se mantuviera la más estricta privacidad en la suntuosa propiedad de los Koslov.

Solamente Alesko, su hermano Olev y su amigo Koit podían ingresar a la residencia. Los dos últimos se habían adaptado muy bien a su vida como "perros": ahora leales sirvientes de los Koslov. Alesko era el principal entre ellos, y el de mayor confianza y estima para Sergueiv. Asumía su papel con mucha seriedad, y pese a su carácter afable y relajado, en los asuntos de su servicio era muy estricto.

Los humanos "transformados", aunque no eran licanos de nacimiento, recibían en su conversión muchos de los atributos de estos: Mayor fuerza, agilidad, sentidos mucho más agudos; la capacidad de regenerar muchas de sus heridas rápidamente, y una larguísima vida. Podían transformarse en modo Bestial, en donde sus cuerpos tomaban la forma de enormes y furiosas bestias, mitad hombre, mitad lobo; pero al no ser licanos de nacimiento esta era una transformación extremadamente dolorosa y muy difícil de dominar; por lo que un "perro" en modo Bestial podía perder su raciocinio humano, y atacar incluso a su propia familia y seres queridos.

En ese estado, sólo pueden sujetarse a sus amos licanos, quienes tienen la autoridad para dominarlos. De allí que se les llame "perros", ya que permanecen sujetos de por vida a sus amos licanos.

La familia Koslov tenía ahora a tres "perros" en su residencia, y estos procuraban agradar en todo a sus amos.

Aunque Dima no parecía estar contento nunca con nada.

—Amo Dimitrei, ¿Puede indicarme a dónde se dirige? Podría llevarlo con todo gusto. —Olev se inclinó con todo respeto hacía Dima.

Pero Dima lo miró con desprecio, y le respondió con brusquedad:

—¡A donde vaya no es de tu incumbencia, perro! ¡Quítate de mi camino!

Olev se apartó del omega, y este salió de la residencia a pie. Dima prefería caminar un poco y tomar un taxi en la avenida, así de este modo pensaba que también despistaría a los sirvientes de su alfa.

Ya para cuando Sergueiv se levantaba, Dima se había marchado.

—¿Y a dónde fue? —Preguntó Sergueiv con fastidio a Alesko.

—El señor Dimitrei no suele ser muy "comunicativo" con nosotros, Amo Sergueiv. Olev trató de llevarlo, pero se negó. Supongo que prefiere andar por su cuenta.

—¡Dima no puede "andar por su cuenta", Alesko! ¡Es mi omega! Tiene que estar sujeto: debo saber en dónde está, qué hace, con quién se ve. Esto es un asunto también de seguridad. Como canciller, mi familia debe estar resguardada. ¿Comprendes esto, Alesko?

"El Abrazo de la Luna" - Historias de LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora