ANTHONNY Y ELI (X)

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—Paul...Tengo algo que decirle...acerca de Eli; fue lo que me hizo venir hasta acá en primer lugar.

—¿Qué...? ¿Qué sucede?

El padre omega notó el semblante mortificado de Anthonny, y su corazón se estremeció.

—¿Entregaron los resultados de los análisis? ¿Cierto? ¿Es eso lo que quiere decirme?

Anthonny respiró profundo. Decidió sentarse, e hizo que Paul también lo hiciera.

—Sí. Los resultados de los análisis y el perfil completo del ADN de Eli.

—¿Y...? ¿Qué tan mal está? ¿Si puede haber un tratamiento para él? ¿Si se puede hacer algo por Eli?

—Paul... la verdad es que... El ADN Animal de Eli y su ADN humano, no son compatibles.

—¿Qué...? ¿Cómo puede ser eso siquiera posible? —Le preguntó incrédulo Paul.

—No sé cómo, pero es cierto. Y esto es lo que está causando que el organismo de Eli colapse, ni siquiera puedo explicar cómo el cuerpo de Eli ha soportado todos estos años. Quizás pudo sobrellevarlo en la niñez, pero ya es un lobo en plena madurez sexual; su instinto animal le sobrepasa, pero no puede transformarse: Cada vez que lo intenta es como si se rompiera por dentro. ¡Y esto va a empeorar!

Paul se levantó muy molesto del sofá. Comenzaba a comprender lo que Anthonny trataba de explicarle; pero no podía sobrellevar la noticia de que Eli estaba muriendo.

—¡Largo de aquí!

—¡Paul! ¡Espera! ¡No cometas ese error! Yo no tengo la culpa de lo que está pasando... ¡Pero puedo intentar ayudar a Eli!

—¡No quiero volver a verte! ¡Largo de aquí! Yo buscaré la forma de salvar a Eli, ¡no te necesitamos! ¡Sólo has provocado que todo empeore!

—¡Paul, no dejes que el dolor te ciegue! Si Eli tiene alguna esperanza, es a mi lado. Además... ¡Yo quiero a Eli! Lo salvaré y lo haré mi omega. Tendrá mi protección, nadie lo tocará, ¡te doy mi palabra que cuidaré de él!

Pero al escuchar esto, Paul se llenó de ira. Se convirtió en bestia y trató de atacar a Anthonny. Este esquivó como pudo sus ataques, pero Eli vino en su ayuda y se interpuso entre la bestia furiosa y su amado doctor.

—¡Detente, Papá! ¡No le hagas daño!

Eli trató de transformarse, y salió de su garganta una especie de gruñido; pero apenas y pudo hacerlo a medias. Aun así, Eli mostró sus pequeños colmillos y sus garritas ante su padre.

—¡Eli, NO! ¡NO te transformes!

Anthonny lo sujetó antes del que el lobito cayera agotado en sus brazos. Como era de esperarse comenzó a convulsionar.

Su padre angustiado volvió a tomar su apariencia humana y cargó a su hijo.

—¡Tranquilo, Eli! ¡Todo estará bien! Papá te cuidará...

Paul empezó a llorar, y su llanto fue amargo porque sentía que su corazón se destrozaba. Anthonny lo abrazó: Sabía que Paul sólo estaba reaccionando al dolor que sentía, porque su terror más grande era perder a Eli.

Unos minutos después, Eli se calmó. Fue Anthonny quien lo cargó y lo llevó hasta su cama.

Una vez que Eli abrió los ojos y vio a Anthonny a su lado, sonrió; pero luego se sintió muy avergonzado por lo sucedido:

—¡Lo siento! —Le dijo Eli.

—¿Qué? ¿Qué sientes Eli? —Le preguntó Anthonny.

—Siento ser así... No puedo ser un verdadero lobo. —Le respondió Eli con mucha tristeza.

"El Abrazo de la Luna" - Historias de LobosTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon