⁰²

2.8K 312 31
                                    

"Lo siento", susurra entre el ataque de tos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Lo siento", susurra entre el ataque de tos. La sangre baja por sus labios y mejillas, coloreando su piel pálida.

"Cállate", le susurro a través de las lágrimas borrosas. Naruto se ríe, sus ojos se congelan en mí, mientras Sasuke tose una vez más. Sus ojos de ónix están congelados en mí. Sus palabras repitiéndose en mi cabeza.

"Yo ..." Tose de nuevo, la sangre se derrama "Te amo, Sakura" Susurra una vez más. "Siempre lo tuve"

Me sobresalto en mi cama, el sudor cubriendo todo mi cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me sobresalto en mi cama, el sudor cubriendo todo mi cuerpo. Los recuerdos de la vida pasada, del futuro pasado, se apresuran en la mente, se arremolian, crean un vórtice, de aquí apenas puedo escapar. Miro a través de la ventana, saludando a l luna solitaria que brilla sobre mi. Sabiendo que ya no puedo volver a dormirme, me levanto y me pongo la ropa de práctica. Agarro mi bolsa y salto desde la ventana, apenas logrando aterrizar sin lastimarme.

Corro hacia los terrenos de entrenamiento, prefiriendo poder saltar de techo en techo, evitando miradas innecesarias de los civiles borrachos, caminando tarde en el pueblo.

Caigo de rodilla en cuanto llegó al lugar habitual de entrenamiento del equipo 7. Ni siquiera ha cambiado. Todavía hay tres postes en el borde del bosque. Los recuerdos, que pensé que habían sido olvidados hace mucho tiempo, se movieron dentro de mí cabeza, trayendo una sonrisa suave pero triste a mis labios.

Me levanto, mis piernas tiemblan de correr todo el camino hasta aquí. Al principio, empiezo correr por el campo de entrenamiento, hasta que mi cuerpo puede soportarlo. Pero, lamentablemente, logro caerme solo después de dos círculos. Con un genio de insatisfacción, tomó un descanso de cinco minutos.

Sacó mis kunais y me paro frente los objetivos. Las tiro sin moverme y sonrió cuando las golpeó a todas en el centro. No esperaba menos, considerando el tiempo que pase en la guerra. He aprendido a lanzar y apuntar con las manos heridas y sangrantes. Y a pesar de que ahora no estoy lesionada, mis pequeñas manos adoloridas y poco practicadas son peores que una sangrante.

Sigo practicando, lanzando kunais en diferentes posiciones, tratando de saltar lo más alto posible o correr lo más rápido posible. Después de terminar de lanzar, ya estoy cubierto de sudor. Hace mucho tiempo me habría molestado,pero ahora he aprendido a vivir con él barro y la sangre apelmazados.

Jade. 『✔』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora