Tradúceme, corazón - Guapoduo

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La primera clase pasó rápidamente para todos, les habían asignado sus pruebas, sus clases, sus horarios y futuras actividades para que se fueran preparando. Roier y Jaiden estaban emocionados, les gustaba su carrera y les iba bastante bien en su opinión.

En el primer receso Jaiden y Roier se separaron, cada uno yendo con sus amigos para saludarlos después tanto tiempo sin verlos por las vacaciones. El mexicano mandó un mensaje por el grupo que tenía con sus amigos, avisando que se verían en la cafetería, a lo que todos aceptaron.

Caminó tranquilamente por los pasillos mientras que iba sacando su billetera, desde que salió del aula tenía ganas de comprarse uno de los croissant que vendían en la tienda de la cafetería, pero no de los normales, sino que de los que estaban rellenos de ganache de chocolate, de sólo pensar en él se le hacía agua la boca. Cuando entró a la cafetería lo recibió el típico ruido de esta, paseo su vista por las mesas y sonrió al ver a sus amigos ya sentados en una, por lo que rápidamente se acercó a esta.

Samy, Mariana y Aldo, sus mejores amigos desde que entró en la universidad. Se conocían desde preparatoria, los cuatro postularon a la misma Universidad y milagrosamente todos quedaron, cosa que les emocionó bastante aunque cada uno fuera a una carrera distinta.

Samy, quien era más conocida por sus amigos como Rivers, estudia periodismo, más específicamente periodismo deportivo. Mariana estudia derecho junto con Alex, a quien extrañamente ninguno había visto hasta ahora, y Aldo estudia diseño gráfico; por lo que las únicas veces que se veían en la universidad era en la mayoría de los recesos.

– Eyy, ahí viene el tripón. – Roier rodó los ojos por ese apodo de parte de Mariana, mas no le dijo nada. – Siéntate pues.

–Primero voy a ir a comprarme algo a la tienda, ¿quién me acompaña? – Rivers de inmediato se levantó y ambos fueron hacía la dichosa tienda. La rubia ya con raíces marrones le rogó un poco en el camino a su amigo para que también le comprara algo, acciones que le sirvieron porque le compró una bolsita de galletas, a lo cual Rivers agradeció.

Ambos volvieron a la mesa, Roier ya con su glorioso croissant el cual disfruto mientras que sus amigos conversaban, él también uniéndose a la conversación cuando no tenía la boca llena.

–Cierto, hoy unos nuevos chicos brasileños nos invitaron a mí y a Jaiden a almorzar, ¿quieren ir? Mientras más mejor.

– Si ellos pagan, con gusto voy, comida gratis. –Aldo y Mariana se emocionaron ante la mención de comida gratis, Rivers le dirigió la mirada a Roier para seguir hablando al respecto.

– ¿Y cómo conociste a estos brasileños? – Ante la pregunta, el castaño no pudo evitar sonrojarse un poco, ya que por alguna razón el rostro del de ojos celestes apareció en su mente, a lo que Rivers reaccionó de inmediato y dio un pequeño chillido.

– ¿¡Te ligaste a los brasileños!? – Ante esta estruendosa pregunta, Aldo y Mariana devolvieron su atención a los dos, soltando un "QUÉ", cosa que sólo puso más nervioso a Roier ante lo escandalosos que estaban siendo, ganándose algunas miradas de los demás en la cafetería.

– Cállense, pendejos, bajen la voz. – Regañó aún con el sonrojo, se cruzó de brazos y cerró por un segundo sus ojos. – No, Rivers, no me ligué a los brasileños por dios, acabo de salir de una relación.

–Bueno, pero Mariana cuando terminó su relación se dio unos buenos besotes con un gringo. – Ante las palabras de Aldo, Mariana le dio un leve golpe en la nuca para que se callara, recibiendo unas simples risas del pelinegro.