Pensé que era una posesión común.

Capitulo 27

A la mañana siguiente, la duquesa me llamó a su oficina. 

No había nadie en la oficina excepto ella.

"Edith. Escuché que sufriste mucho".

"No había tal cosa como el sufrimiento. La pasé bien en mi habitación".

"¿No es la dificultad de la mente más difícil que la del cuerpo?"

No podía negar ese final.

Tomé una respiración profunda, mi nariz temblando.

"Por si acaso, en realidad no robé los documentos. Podría arriesgar mi vida.

La Duquesa asintió en silencio.

"Sé que no me creen. No importa si tengo que estar en libertad condicional. Yo realmente... ... ."

"Edith."

Su cálida mano sostenía la mía.

"Creo en ti . Confío en ti."

Las lágrimas brotan de mis ojos cuando escucho tales palabras en esta situación... ... .

"Eh... ... aghh... ... ."

"¿Qué tan difícil ha sido para ti? Realmente trabajaste duro, Edith".

"Nadie  me creía... ... ."

"Yo te creo. Sé que hiciste lo mejor que pudiste para ayudarme y que estás tratando de encajar en esta casa de alguna manera. ¿Cómo no podría saberlo? Es algo por lo que he pasado... ... ."

Ella me entendia desde la perspectiva de una nuera.

Después de casarse y vivir en una casa desconocida, los días de tratar de causar una buena impresión y adaptarse a ella de alguna manera ocuparon gran parte de su vida.

"No sé quién hizo esta vil broma, pero sé que no fuiste tú".

"ah, gracias... ... ."

Después de caer en este maldito mundo, me sobrecogió la emoción por el primer "entendimiento" que tuve, y las lágrimas caían sin cesar.

Quería responder de una manera más madura, pero no podía respirar bien porque las lágrimas no paraban, era como si algo se hubiera roto.

Llorando como un niña me  aferre a la mano que me acariciaba, pensé en una esperanza.

'tal vez... ... La duquesa podría creerme.

Parecía que la Duquesa me creería si le contaba mi situación en la Casa de Rigelhoff. Incluso entonces, parecía que no me echaría.

Decidí confiar en ella, pensando que podría sobrevivir a esta situación si al menos una persona pudiera entenderme.

"madre. yo ... ... ."

"Sí, Edith".

"Yo... ... En realidad... ... !"

"... ... ¿Edith?"

"Agh... aaa... ... ... ."

"¡Edith! ¡Qué ocurre! ¡Edith!"

fue extraño

En el momento en que estaba a punto de contarte mi situación, mis ojos se pusieron amarillos y mi respiración se detuvo.

Mi lengua no se movía, mi corazón palpitaba  y mi cabeza dolía como si fuera a romperse, de repente, todo se detuvo y quedé envuelto en la oscuridad.

Y después de un rato, desde algún lugar en la quietud de la oscuridad, se escuchó una voz ordenada y sin emociones como un locutor de noticias de la mañana.