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—¡¿Que cojones te pasa?! —Pedri sostenía con fuerza las muñecas del menor acorralándolo contra la pared.

—Ya, solo ha sido un gol —su sonrisa triunfante se asomaba en su rostro.

—No había necesidad de- —Gavi en un rápido movimiento intercambio los lugares, ahora el canario estaba acorralado. —¡Suéltame!

–Ha sido un bonito regalo de bienvenida ¿no crees? me gustaría escuchar un gracias

—Ni en tus sueños idiota —el canario terminó por empujar a Pablo quien fue a dar al suelo haciendo un estruendoso ruido que le hizo darse cuenta que la había cagado, y a lo grande. —¡Hostia! ¡Lo siento, lo siento! Te juro que no quise-

—¡No necesito de tu puta ayu- —Gavi sintió como un líquido espeso bajaba de de su cabeza a su cuello... —¿Que hiciste...? —bajo su mirada a sus dedos cubiertos de sangre.

—Déjame ayudarte, te llevaré a la enfermería —Pedri igual de asustado que Gavi quien seguía perdido mirando sus dedos, puso ambas manos sobre los hombros contrarios invitándole a que se levantara.

—¡No me toques! ¡No quiero tus asquerosas manos encima! —Pablo se levantó de un tirón al sentir el toque del mayor apartándolo de un empujón.

—¡Vale pues jodete! Como quiera me la debías —y tras una mirada llena de odio se marchó dejándolo ahí con la cabeza sangrando.

"Me la debías".

Lo peor de escuchar eso era saber que Pedri tenía toda la razón, se la debía, y muchas otras más, y aún así le ofreció su ayuda, que no pudo aceptar porque claro es su orgullo sobre todo.

Ahora el arrepentimiento se lo estaba comiendo vivo, pudieron haber hecho como si no existiesen, como si el otro fuese invisible, pero no, a Gavi le encantan los problemas, o al canario le encanta buscarlos ¿verdad? el empezó todo ¿cierto? el rompió su celular, el mismo es culpable de que el menor le trate así ¿verdad?.

Así era como Pablo trataba de quitarse la culpa de encima, aunque cada vez se percataba más del asco de persona que era, Pedro en ningún momento le pago con la misma moneda y ahora que lo hacía sin intención propia sentía que le estaba haciendo la maldad más grande que alguien pudiera hacer. Probablemente así se sintió Pedri desde el día que llego hasta el día de su partida, y aún así nunca dijo ni hizo nada contra el.

Aunque esta no era la primera vez que a Gavi se lo comía la culpa, recuerda bien ese sentimiento, sentirse la persona más mala del mundo, sentir que has hecho lo peor, que no mereces si quiera que alguien te trate bien, horrible.

—¡¿Que has hecho ahora Pablo?! —su madre le llevaba de la mano camino a las oficinas de la Masia, al parecer le habían mandado llamar y por su cara y tono de voz Pablo ya sabía de que se trataba.

—Nada mamá, aquí me odian por respirar

Tras media hora sentado fuera de la oficina, la puerta se abrió dejando ver a su madre hecha una furia que trató de ocultar al despedirse. —Mira Pablo, no es el lugar ni el momento pero apenas sean vacaciones vas a estar castigado ¿oíste? Ya te harán saber ellos tu sanción

—¡¿Mi que?! —estar castigado en vacaciones al parecer no era suficiente.

—¿Que? ¿Creíste que no te dirían nada? El niño está en la enfermería Martin, ahora mismo vas a ir a disculparte con el y su madre ¿queda claro?

—Claro —"claro que no" pensó. ¿Disculparse? ¿El? No, eso está muy por debajo de lo que pensaba hacer, pero negarle algo a su madre también lo estaba. Así que muy en contra de su voluntad terminó poniendo su mejor cara de arrepentimiento ante la madre del niño a quien había lastimado, cara que cambio al entrar a la enfermería y verle.

Always hate me Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz