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"Pedri, ¿se puede saber por qué hay una tía rogando que le de tu número porque la has dejado plantada?"

—¡¿QUE?! —el canario estaba tan sorprendido como Eric al otro lado del teléfono. —¿De que cojones me hablas imbecil? No me bromees así

"¡Que no es ninguna broma! Está aquí, ha dicho que te vio anteayer y tú le has dicho que si a salir con ella."

—Hostia, yo no me acuer- —mentira, lo ha recordado ya. —Eric es que yo a la tía no la conozco, le he dicho que si pero no tengo ni puta idea quien sea

"Pues yo no quiero ser mensajero de nadie así que le daré tu número."

—Pero-

Dedos le hicieron falta a la chica... una vez Eric colgó, el mensaje de un número desconocido apareció en la pantalla "hola, soy cami" .

¿Cami quien?

"¿Hola?" —respondió.

"¿Puedo ir a tu habitación?"

Abrió los ojos como platos al leer eso. ¿Quien rayos es y por que es tan insistente? Lo peor de todo es que ni siquiera tuvo tiempo de responder; la chica ya estaba tocando su puerta muy insistente.

Podría hacer que no estaba o saltar de la ventana pero ni eso habría ahuyentado a la joven... —Se que estás ahí, Eric me lo ha dicho —tonto Eric, en cuanto lo vea lo va matar.

Sin más remedio abrió la puerta. —Hola —trató de sonreír pero le salió una mueca, no estaba contento con su visita, más bien estaba asustado.

—¿Porque me has dejado plantada? —fue directo al grano.

—Lo siento, pero he tenido partido —"lo siento no se quien eres" quizo decir, aunque lo del partido no era mentira.

—¿Partido? ¿Que partido?

—¿Con el primer equipo? —negó con la cabeza— ¿En el camp Nou? —negó de nuevo—Asistí a Messi, ¿no lo viste?

—No... —bueno y esta tía vive abajo de un puente o porque no sabe nada. Hubo un silencio incómodo —...yo también tuve partido y si que me daba tiempo para sal-

—Hola, ¿interrumpo algo? —por primera vez en toda su vida, Pedri se alegró de la presencia de Pablo.

—¡NO! De hecho que bueno que llegas —cerró la puerta detrás de el. —Lo siento Kari- digo Cami, pero Gavi y yo tenemos entrenamiento —tomo la mano del menor y empezó a caminar —Nos vemos

—Hoy no hay entreno —el menor parecía tan perdido, no entendía que estaba sucediendo, solo miraba con rareza la mano del canario sosteniendo la suya.

—Ya lo se, pero me estaba molestando

—Eso no lo dijiste cuando se estaban comiendo la boca

—¡¿Qué?! —¿por que rayos todo el mundo sabía más de él que el mismo?... Se detuvo en seco ya por fin soltando la mano del sevillano. —¿De que me estás hablando?

—Pues, la noche de la fiesta, caíste en los encantos de Camila y... bueno no he escuchado cosas buenas de ella aquí en las residencias

—Ya —caminaban sin rumbo, sus manos rozándose de vez en cuando.

—De nada —y ahí estaba el Pablo de siempre, con su sonrisa egoísta en el rostro.

—Gracias...

El silencio reinaba mientras ambos seguían andando sin dirección alguna. Era extraño. Muy extraño a los ojos del canario, probablemente el Pedri del pasado ni siquiera estaría respirando el mismo aire que Gavi, pero ahí estaba y no tenía ni idea de porqué, de porqué seguían sin separarse y porqué le daba las gracias de algo que no pidió.

Always hate me Where stories live. Discover now