𝐻𝑖𝑝𝑜́𝑐𝑟𝑖𝑡𝑎. (Christopher Morgan)

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Vera Morgan.

Desperté con la luz cegando mis ojos por segundos, un hombre rubio estaba frente a mi observándome con preocupación.

—Soy Vladimir, —la emoción en su voz era notoria— tu hermano.

No dije nada, mis ojos se llenaron de lágrimas y él me abrazó de tal forma que sentí como mi corazón se derretía.

—No sabes lo mucho que esperé este momento. —él besó mi cabeza— ¿Le pasó algo a mi bebé? —pregunté acariciando mi vientre

—Ambos están bien, no te preocupes.

—¿Qué sucedió?

—La doctora dijo que solo fue un desmayo por el estrés del momento. —tomó mi mano y me sonrió cálidamente

—¿Dónde estamos? —me puse de pie observando por la ventana

—En tu hogar, estás en Alaska.

—¿De qué hablas? —fruncí el ceño— ¿Dónde está Christopher?

—Técnicamente estás secuestrada. —Sasha Romanova entró

—¿Qué? —fruncí el ceño

—Tú no vas a volver a Londres. —papá entró por la pueta junto a Aleska quien se me lanzó encima dándome un abrazo

—Bienvenida a tu familia, Vera. —Viktoria Romanova entró por la puerta— Queremos compartir el máximo tiempo posible contigo antes de que tu marido explote.

Christopher Morgan.

—¡¿Dónde está?! —Alex entró pateando todas las habitaciones

—Es una Romanova. —bebí la botella de whisky

—¡No me importa! -me encuelló— ¡Es la madre de mi nieto!

—No la quiero cerca, —lo empujé- me mintió, siempre lo hace. ¡Una y otra vez! —estrellé la botella de whisky

Me dolía la cabeza, los gritos de Alex retumbaban pero no entendía nada, solo quería dejar de amarla, dejar de pensar en ella, dejarla ir... pero no podía dejarla, porque ahora ella era parte de mi y de mi mundo.

—Ordenaré la búsqueda. —dijo Alex

—No, le daré una semana para que conozca a su familia, luego vendrá a ocupar su puesto de primera dama y dará a luz, después se puede largar donde le dé la gana. —afirmé

Vera Morgan.

Llegamos a la mansión Romanov y me sentía extrañamente cómoda con ellos, todos hablaban y se notaba que eran una familia demasiado unida.

—¿Es niño o niña? —me preguntó Aleska tomando mi mano

—Niña, estoy totalmente segura. —dije sonriendo

—Morgan Romanova. —se rio Sasha

—Sasha no empieces. -advirtió Ilenko— No me interesa de quién sea hija, lo que importa es que lleva mi sangre. —me abrazó mientras andábamos hacia el salón— Ve a descansar, prometo que recuperaremos los años que nos quitaron.

Perdón por lo corto pero me es dificil escribir en PC ya que no es lo mismo, trataré de subir capítulos pronto pero tengan paciencia, las amo mucho y disfruten de este capítulo <3.