Su corazón pertenecía a ella misma, no había otra persona que ella quisiera más que a ella misma, pero su sed de poder la llevaría a tomar decisiones que o podrían acabar con ella o la llevarían a la cima.
Terminé de freír el tocino y lo puse en el plato acompañado de dos huevos, tostadas con aguacate y fresas, quizá era una mezcla un poco rara pero me moría de hambre.
—Buen día, señora. —Tyler se acercó a ver qué estaba preparando
—Hola Tyler. —me senté en la mesa y empecé a comer como si no lo hubiera hecho en meses
—¿Tostadas con aguacate, fresa y tocino? —Chris hizo una mueca de asco
—Shhh. —dije mientras saboreaba la comida
Terminé de desayunar y me bebí el batido que Reece me hacía beber todos los días.
—Hoy es el cumpleaños de Patrick. —le recordé y rodó los ojos
—¿Y a mi qué? —se acercó a mi y me besó sin nada de delicadeza
La puerta se abrió y por esta entró Alex acompañado del ex general James. Su cara cambió totalmente al verme y Christopher se puso delante de mi cubriéndome.
—Esa hija de-
—Cuida tu boca porque se me puede olvidar que fuiste un general. —lo calló Christopher
—¡Asesinó a mi hija! —gritó
Me puse de pie y encaré a Rick quién tenía los ojos llenos de lágrimas.
—Su hija fue quien cabó su propia tumba, señor James. —le dije totalmente inmune a su dolor
—Ella solo hizo su trabajo. —me susurró
—Y yo también hice el mío. —salí de la cocina y me dirigí a la habitación
No iba a pedir disculpas, Rachel James había asesinado a mi tía y era obvio que eso no iba a quedar como si nada.
Llamé a Alexa y esta contestó al instante.
—Hola. —me saludó
—Hola, ¿crees que nos podamos ver?
—Está bien, creo que debemos hablar.
Colgué y vi como Christopher entraba.
—Voy a salir con Alexa. —le dije
—En una semana partimos a Noruega.
—Quiero estar aquí. —me quejé
—Y yo quiero que vivas tu embarazo tranquila. —me acarició el pelo
—¿Estás estresado? —lo abracé
—Me gusta que estés aquí. —sus manos se aferraron a mi cintura
Besé sus labios y sus brazos me alzaron llevándome contra la pared.
—Te eché de menos. —sonrei observando sus ojos
—Sabes que yo a ti también.
Y es que cuando él y yo estábamos juntos algo pasaba, era como si todo lo que necesitara estuviera junto a él, solo éramos nosotros dos y nuestro bebé.
(...)
Llegué al restaurante y Alexa levantó la mano desde la mesa, me acerqué y me sorprendió el hecho de que me tratara como si nada.
—Estás tan hermosa y diferente. —me dijo ella abrazándome
—Tú también. —cerré los ojos mientras la abracé, Alexa era mi única amiga y estaba segura que no había nadie mejor que ella
—Quiero que sepas que no te juzgo por lo de Rachel, sé cómo funciona este mundo. —nos sentamos
—Gracias por ser mi única amiga, Alexa. —sonrei
—Buenas tardes, ¿Qué les gustaría ordenar?
—A mi me trae un pastel de tres leches, uno de maracuyá, otro de queso y un batido de oreo.
Alexa me miró sorprendida y ordenó una copa de vino y su comida.
—¿Pastel para comer? —sonrió
—Bien, te lo voy a decir. —me reí— Tengo cuatro meses de embarazo.
—¡¿QUÉ?! —cubrió su boca
—Estoy esperando un hijo de Christopher.
Me felicitó y empezamos a platicar sobre el cumpleaños de Patrick, le comenté que había alquilado un crucero para sorprender a mi padrino de bodas y ella me agradeció.
—¿Que te parece si vamos a comprar unos hermosos vestidos? Yo pago. —le dije sonriendo y ella asintió
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