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Desperté con pereza, estiré mi cuerpo y acaricié mi barriga, la puerta se abrió y una chica entró.

—Estoy para servirle, señorita Romanova.—dijo con voz acaramelada

—Señora Morgan. —corregí

—El Boss me indicó que la llamara así.

—Y yo te estoy diciendo que me llames señora Morgan.

La esclava asintió, no me miraba a la cara lo cual me resultaba bastante raro, la puerta se abrió y reconocí a Vladimir, mi hermano mellizo.

—Buen día. —me puse de pie y lo abracé

—El Boss está ocupado, pensé que te gustaría ir de compras. —su melena rubia era exactamente igual a la mía, me atrevería a decir que éramos idénticos, lo único que nos diferenciaba era el color de los ojos

—Me encantaría salir contigo. —sonreí y me fui a preparar

Me vestí y puse un poco de maquillaje, me pregunté que estaba haciendo Christopher y mi corazón se encogió al saber que estaría odiándome, pero debía entender que lo que hice fue por mi bienestar y el de mi bebé.

—¿Sabes si es niño o niña? —preguntó Vlad

—Según los Morgan ellos no engendran mujeres, pero algo me dice que este embarazo nos sorprenderá a todos. —sonreí

—¿Puedo? —estiró su mano y asentí, acarició mi vientre y su rostro me conmovió mucho

—N-nunca pensé que estaríamos así. —me sonrió— Han pasado tantos años...

—Han sido años difíciles... —admití— Ambos sabemos que esto no será fácil, estoy casada con el enemigo y-

—Eres una Romanova. —me recordó

—Ahora soy una Morgan.

No dijimos nada más, llegamos al centro comercial y en la primera tienda que entré fue en Chanel, empecé a escoger todo lo que veía mientras Vladimir también hacía lo mismo.

Christopher Morgan.

Días sin despertar a su lado, sin ver sus ojos, sin escucharla reír, no sabía cuánto tiempo había pasado, pero se sentía como meses. Su amnesia había sido un engaño, todo este tiempo había estado viéndome la cara de idiota... Estrellé la botella de whisky contra mi escritorio de solo pensar lo imbécil que fui.

—¡Make! —grité

—¿Si, mi coronel?

—Llévame a la central.

(...)

No estaba ebrio, pero la ira me estaba cegando y las ganas de acabar con los Romanov eran insaciables.

La mesa se llenó con todos los capitanes, tenientes el ministro y Gauna. Todos me miraban y susurraban y eso me estresaba ya que sabía que mi aspecto no era decente.

—¡Silencio! —estrellé mi puño en la mesa

—¿Por qué es la reunión, coronel? —preguntó Patrick

—La BRATVA tiene a mi mujer. —dije

—Christopher- —Alex trató de intervenir

—Alisten filas porque partimos a Alaska.

Gauna ordenó a todos que salieran y cuando estuvimos solos Alex me encuelló.

—¡Tus actos de ira van a formar una guerra! —me gritó Alex

—¡Mi esposa debe estar a mi lado, no de arrimada en otra parte! —lo empujé

—Es su familia y tienes que entenderlo. —se alejó— No empieces una guerra que te puede costar el amor de tu mujer e hijo, Christopher.

Mis amadas lectoras, pido miles de disculpas por dejar de actualizar pero han sido semanas complicadas, espero que me entiendan y puedan disfrutar de este capítulo, muchos besos <3

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Mis amadas lectoras, pido miles de disculpas por dejar de actualizar pero han sido semanas complicadas, espero que me entiendan y puedan disfrutar de este capítulo, muchos besos <3.

𝐻𝑖𝑝𝑜́𝑐𝑟𝑖𝑡𝑎. (Christopher Morgan)Where stories live. Discover now