emiliano martinez

1.7K 25 0
                                    

La verdad que no podía importarme menos lo que conversaban mis amigas, tenía la cabeza en otra parte. Más de una vez me cagaron a pedo por no prestarles atención pero discutir sobre por qué ver una película subtitulada es mucho mejor que verla doblada al español no era algo que me interese.
Le estaba dando un sorbo a mi tercer vaso de daikiri de frutilla cuando mi celular vibró un par de veces. El nombre de mi ex, aparecio en la barra de notificaciones apenas desbloquee el celular e hice un bufido estresada porque ya hacía dos meses que lo había dejado, después de enterarme que me metio los cuernos, y sin embargo me seguía molestando.
- Todavía no entiendo por qué no lo bloqueas -me reprochó Fer mientras se metía un puñado de maní en la boca.
- Ya lo hice, pero me manda mensajes comunes -le puse mi telefono cerca para que pueda ver todos los mensajes que tenía.
-Ese chabon está enfermo -acotó Xiomara- ¿No se te apareció en tu casa, no?
- Por suerte no, solo me molesta por acá porque sabe que mi viejo donde se entera lo revienta -vire los ojos. Él siempre le había tenido un "miedo" inexplicable a mi papá.
Ahora el foco de la conversación era sobre mi fallida relación y estuvimos hablando un buen rato sobre eso hasta que me dieron ganas de ir al baño. Con pesadez me levante y me dirigí a donde me había indicado una de las mozas.
Como de costumbre estaba mirando al piso para ver mis pasos por donde caminaba y a causa de eso no vi al tipo que chocó contra mi haciendo que me tambalee hacia atrás.
- Uh discul... ¿Helena?
- ¿Emiliano? -quedé atónita, hace mucho que no sabía nada de él- ¿Que haces acá loquito?
No me contestó si no que se abalanzó sobre mi y me rodeo con sus largos brazos apretandome un poco. La última vez que lo vi fue hace dos años cuando mi hermano mayor que era su mejor amigo, falleció.
No voy a mentir, estaba más hermoso que nunca con esa camisa blanca que hacía resaltar su bronceado y con el pelo un poco desordenado como solía llevarlo. Inhale disimuladamente su perfume tan característico de él, que tanto me encantaba.
- Que cambiada estas -se separo un poco y me observó de pies a cabeza sin ningún pudor- cada vez mas linda vos eh.
- Ay dale boludo -me puse toda colorada, por suerte esa confianza para hablarnos así seguía intacta.
- ¿Que onda? ¿Viniste sola? -me preguntó y me sonrió. Dios, sentí que se me bajaba la presión.
- No, estoy con Fer y Xiomi no se si te acordas de ellas.
- ¿Como me voy a olvidar de esas dos después de que casi me matan?
Nos reímos por recordar aquel incidente donde casi lo chocan cuando estaban aprendiendo a manejar.
Tuve que interrumpir la charla porque realmente no aguantaba más las ganas de ir al baño y cuando salí estaba parado a un costado tecleando algo en su celular. A penas se dio cuenta que estaba al lado suyo engancho su brazo al mío y me acompaño hasta mi mesa.
Las chicas lo saludaron sorprendidas y se quedo hablando con nosotras.
- ¿Queres ir a caminar por ahí? -me susurró en el oído y mis amigan me miraron picaramente.
- ¿Vos no viniste con nadie? -pregunte yo esta vez y me dijo que estaba con unos amigos pero que les aviso que iba a desaparecer un rato.
Me despedí no sin antes darle la parte que me correspondía pagar, me puse mi campera de jean y nos fuimos.
- ¿Quien iba a decir que el Dibu se haría internacional? -nos reímos- y pensar que se escapaban del colegio con Gaston para irse a vaguear por ahí.
- Disculpame reina, es que nací con talento -canchereo y le hice montoncito con la mano como diciendo "que hambre"-. Que hermosos tiempos, todavía tengo las fotos de esa vez que me fui con ustedes a Córdoba.
Lo mire con un poco de nostalgia, era la primera vez que nos ibamos de vacaciones con la familia y a mi hermano se le había ocurrido invitar a su mejor amigo porque decía que conmigo se iba a aburrir. Ahí fue cuando me enamore perdidamente de Emiliano.
-Se lo extraña al negro -me abrazo por los hombros- pero bueno...
No se en qué momento llegamos a la playa, cuando quise acordar estábamos sentados en la arena mirando al mar. Emiliano seguia abrazándome y yo apoye mi cabeza en su hombro.
- ¿Y estás en pareja? -con su brazo libre me agarro la mano y jugueteo con mis dedos.
- Me separé hace poco ¿vos seguís con la chica que viniste la última vez?
- No, después de la muerte de tu hermano ella estuvo para mi en todo momento pero no supe como afrontarlo y la terminé alejando -suspiró con frustración y entrelacé nuestros dedos.
Nos quedamos en silencio escuchando el ruido de las olas y disfrutando de la brisa veraniega que nos pegaba en la cara, no pude evitar cerrar los ojos.
- Hele... -su voz me sacó del trance.
- ¿Que pasa? -lo mire curiosa y pude notar en sus ojos un brillo especial. Ese mismo brillo que tenía cuando nos besamos por primera vez.
Sus labios no tardaron en encontrarse con los míos haciendo que mi corazón quiera escaparse de mi pecho y en mi estómago sentí las mariposas revolotear como cuando era adolescente.

one shots - scalonetaWhere stories live. Discover now