lionel scaloni

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Llevó sus dedos a su sien masajeandolo porque le estallaba la cabeza de tanto pensar en que lo que estaba haciendo era incorrecto, y la verdad es que tenía razón, pero ya no había vuelta atrás para arrepentirse. Lo hecho, hecho está. Si su hermano se llegase a enterar los mataba a los dos, primero a ella y después a él.
La misma noche después de la final del Mundial dónde habían salido campeones tomó tanto por el festejo que no sabía ni donde estaba parada, estaba exaltadisima saltando y cantando a todo pulmón con el plantel de la Selección junto a su hermano Pablo, que cada vez que la veía la zamarreaba del brazo al grito de "llevamos la copa a casa la puta que lo parió", pero lo peor fue cuando a la mañana siguiente se despertó con tremenda resaca y sintió una pesadez en su cuerpo que lo estaba provocando nada más ni nada menos que el Director Técnico, Lionel Scaloni, ambos sin ropa. No se acordaba absolutamente de nada.
No era novedad que entre ellos existía una "tensión sexual" desde hace tiempo, todo aquel que los conocía y los veía conversar en menos de diez segundos se daba cuenta de aquello, para su suerte el único que no lo notaba era Pablo, pero que de igual manera varias veces le hizo prometer que nunca se relacionaría con ninguno de sus compañeros porque no quería mezclar la familia con el trabajo, sabía que eso era para problema. No pudo cumplir con su promesa.
Ese encuentro no había sido el único, después de esa locura en la que ninguno se acordaba de nada volvieron a repetirlo varias veces más, como en este momento en el que estaban desnudos en la cama de ella. Sabían que lo que estaban haciendo estaba mal, porque no sólo que él era un hombre casado, si no que se llevaban dieciséis años de edad.
- Julia -murmuró el hombre a su lado revolviendose entre las sábanas refregando su cara- ¿Que hora es? -soltó un bostezo.
- Las diez de la noche -respondí ante su pregunta después de haberme fijado en la pantalla de mi celular-, creo que te estuvieron llamando porque desde hace media hora que está vibrando sin parar.
El morocho agarro el aparato que se encontraba en la mesa de luz a su costado y lo desbloqueó. Quince llamadas perdidas de su esposa y seis mensajes de su hijo mayor.
- Uh la puta madre -largó un suspiro con frustración y se levantó poniendose el boxer-. Me olvidé que había arreglado con los chicos para ir al cine.
El corazón de Julia se aceleró y el estómago se le retorció de la culpa que sentía por ser la razón de aquel olvido.
- No basta, yo no puedo más con esto -también me levanté para ponerme la ropa que estaba tirada a un costado de la cama y las lágrimas amenazaron con salir- se tienen que acabar estos encuentros Lionel, no puedo dejar de pensar en tu familia y no quiero que termines perdiendola por una calentura.
- Vos y yo sabemos que esto no es solo una calentura -retrucó él atandose los cordones de sus zapatillas-, tampoco se si es amor pero de lo que estoy seguro es que esto algún significado tiene.
- El único significado que tiene es que si alguien lo descubre voy a terminar siendo la "rompe hogares" y eso no me lo voy a perdonar nunca -esta vez no pude aguantar mas y largué en llanto. A él se le estrujo el corazón por verla así y se acercó para abrazarla.
- No quiero que pienses eso porque no es verdad -le reprochó frunciendo el ceño secando sus lágrimas con sus pulgares- desde un principio supe la cagada que me estaba mandando, y sin embargo lo seguí haciendo pero porque yo quería así que si hay que culpar a alguien de romper el hogar es a mi.
- Todo lo que vos digas, pero nadie entra sin que lo llamen -escondí mi cara en su pecho avergonzada- ¿Vos me queres?
Esa pregunta hizo que Scaloni se replanteara todo lo que pasaba por su cabeza, pero igualmente asintió sin decir una palabra. ¿Que si la quería? Si, muchisimo más de lo que imaginaba y como le dijo antes, para él si tenía significado esa "relación" que tenían pero por más que tenga ganas de entregarle el mundo no sería capaz de dejar a su mujer.
- Entonces lo mejor va a ser que la cortemos acá porque yo también te quiero y mucho ¿sabes? -apoyé mis manos en su cara acariciandola, él cerró sus ojos disfrutando de su tacto- y si no es ella la que termine lastimada voy a ser yo, por eso te pido por favor que te vayas ahora antes de que empeore.
Si había alguien más en esa habitación podría jurar haber escuchado el corazón de él romperse en mil pedazos, y con todo el dolor del mundo le dió un último beso para después desaparecer por la puerta. Aquella noche sería la última vez en la que los dos se verían intimamente.

one shots - scalonetaWhere stories live. Discover now