15: Buenos días (M)

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Winter

Abrí los ojos y me desperecé en la cama, miré a mi derecha y ella seguía dormida. Su espalda estaba al descubierto y solo una fina sabana le cubría la cintura. Su piel era tan suave, tan reluciente... Sin embargo la mía estaba llena de cicatrices. Esa es una de tantas cosas que nos diferencian.

Estar con una persona como Karina es algo que debería estar fuera de mi alcance. Aunque ambas decidimos seguir adelante, los pensamientos persisten en mi mente. Ella merece alguien a su altura, ella merece mucho más que todo esto. Somos opuestas, y si Dios nos creó tan diferentes no fue para mezclarnos.

Sin embargo, la veía tan dulce durmiendo que solo me la quería comer a besos. La extraña atracción que tengo hacia ella es algo que jamás había sentido, la necesidad de besarla, de tocarla, de tenerla entre mis brazos... Aun sigo sin creeme la noche de ayer y mi estupida escena de celos.

Jeno es un buen chico, es uno de mis amigos, pero cuando supe que le interesaba Karina una rabia que no sabia que tenía se apoderó de mí. Me molestaba pensar en ella con cualquier otra persona que no fuera yo, qué irónico, pues soy la primera que proclama que ella merece algo mejor.

Me incliné hacia ella y dejé un beso sobre su espalda desnuda. ¿Por qué yo? ¿Qué ha visto en mí?

Noté como se empezaba a despertar y se giró hacía mi. Al verme sonrió.

—Buenos días —musitó sonriendo.

—Buenas —respondí guiñándole.

—¿En qué pensabas? Te has pasado un rato mirándome.

Alcé al cejas.

—¿No estabas durmiendo?

—Lo estaba hasta hace diez minutos —se acercó a mí y dejó un beso en la comisura de mis labios—. Estás guapísima recién despierta.

Rodé los ojos.

—Oh vamos, no es cierto.

Fui a incorporarme de la cama pero me agarró impidiendomelo.

—No, quédate un rato más.

—Pero debemos vestirnos y... —no pude hablar más al notar de nuevo los labios de Karina sobre los míos.

Sus labios vagaban sobre los mios lentamente, de manera torturadora. Me hipnotizaron por completo. Karina se libró de la sábana y se sentó sobre mí completamente desnuda, mis manos fueron a su espalda al descubierto y dejé pequeñas caricias sobre ella.

—Tu piel es tan suave... —besé su hombro—, es tan delicada, tan perfecta —continué besando su clavícula—, podría estar soñando.

Ella me miró unos segundos y esbozó una sonrisa.

—¿Crees que esto no es real? —susurró besándome en los labios.

—Creo que... Eres lo que cualquier persona soñaría.

Sus ojos frenaron en los míos, al principio me asusté porque tal vez había metido la pata de lleno. Pero no dijo nada y fue directa a mi cuello, la humedad de sus besos me hizo cerrar los ojos del placer.

—Lástima que solo te quiera tener a ti, Winter... —dijo mientras mordía mi lóbulo de la oreja.

La agarré del rostro atrayéndola en un beso y lo profundicé lo más intenso que pude, sentir sus labios era como una adicción que no me saciaba nunca, necesitaba más y más. Su lengua empezó a jugar con la mía de manea inmediata. No había besado nunca a nadie de una manera tan pasional y sentida, pero escucharla así me volvía completamente loca. Las manos de Karina se posaron a cada lado de mi rostro mientras seguía besándome, entonces llevé mis labios hasta su cuello y empecé a dejarle pequeños mosdiscos.

Dahlia | winrinaWhere stories live. Discover now