Capítulo 43

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- Ten cuidado ¡maldita sea! - Hyeju gritó molesta. Junguen dejó la maleta lentamente en el suelo.

- Es la última - la azabache ignoró sus palabras, observando el nuevo apartamento que acababa de rentar - Bastante bonito.

- Agh, ¿por qué no me traes algo de tomar y cierras la boca? - Jungeun apretó los labios y se dirigió a la cocina.

- ¿Donde guardarán el veneno? - se dijo sin expresión alguna, tomando uno de los vasos.

Hyeju se recargó en unos de los buros de la estancia con una patética sonrisa en el rostro.

- Esta es mi nueva dirección. Ven a visitarme. Pronto - sonrió - Pero por favor, no lo hagas a mitad de la noche.

Movió los dedos inquieta, esperando el mensaje de respuesta - Me encargué de que el apartamente fuera totalmente inclusivo, así que no tienes nada de que lloriquear. Si decides aparecer a media noche será de fácil acceso. Además, tiene un elevador bastante cómodo e incluyente. Estoy en uno de los primeros pisos de cualquier manera.

- Aqui tiene señorita - llamó, provocando que la azabache borrara su sonrisa.

Alzó las cejas sin impresión y bebió, observando a su personal no moverse de su eje - ¿Vas a quedarte todo el maldito día ahí?

- De hecho señorita, quería pedirle un pequeño favor.

- No hago favores. 

Jungeun lamió sus labios - ¿Saldrá hoy señorita Hyeju? 

- No lo sé - se sentó en el sofá, subiendo los pies a éste - Si se me pega la maldita gana lo haré. 

La castaña asintió. Podía odiarla, pero era tan intimidante, que le tenía cierto respeto por lo nerviosa que inevitablemte la colocaba - Voy a ser tía - soltó una sonrisa. Hyeju se perdió en su bebida, tomando e ignorando sus palabras, porque de lo contrario, la unica replica que obtendría sería un grandísimo ¿a mí mi qué? - Sé que modificó mi horario y me permitió irme a mi casa por las noches. Estoy muy agradecida por eso.

- No deberías. Horas que no trabajas, horas que no te pagaré. 

- Sí - suspiró - Pero quería pedirle permiso para visitar a mi hermana, está embarazada y no he tenido oportunidad de estar con ella desde que se enteró de la noticia. 

- No - bebió. Jungeun se aplaudió a si misma lo excelente actriz que estaba siendo, de lo contrario, ya le habría destrozado el rostro. 

- Entiendo, con permiso.

- Espera - la detuvo. Hyeju miró su telefono movil; sin respuesta aun - Puedes ir. 

- Oh ¿Lo dice en serio? 

- Sí, vete - movió la mano - Yo no saldré.

- Wow, gracias señorita. Regresaré lo más pronto posible. 

- No lo hagas - interrumpió - Es más, puedes tomarte la mañana libre - Jungeun abrió los ojos y un brillo de felicidad la deslumbró - Pero fuera de mi vista, ya.

- Muchas gracias señorita Hyeju - hizo una reverencia - Le prometo no gastar mas permisos y - 

- Vete de una maldita vez. No hagas que me arrepienta por el dolor de cabeza que me estás provocando. 

El ataque a la familia ChoiМесто, где живут истории. Откройте их для себя