Capítulo 44

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La sonrisa de Haseul se desvaneció del rostro al entrar a la mansión. Escuchó ruido en el despacho de su marido, y con terror en los ojos, miró a Vivi, quien la había estado acompañando durante la mañana.

- Es Youngjae - aseguró aterrada y arrastró su cuerpo hasta la oficina.

Sooyoung estaba de pie con la mirada perdida, cientos de papeles adornaban el piso y sobre el escritorio había una servilleta envolviendo algo. Subió la mirada hasta el rostro de su marido y desconoció aquel pálido semblante.

- ¿Mi amor?

- ¡Llévatelo Sooyoung! Has que inmediatamente lo analicen en el laboratorio - la morena apenas y pestañó - ¡Ahora!

- Sí, señor.

Pero la sorpresa entorpeció los movimientos de la escolta, y sin sutileza tomó el producto, dejando a la luz su naturaleza.

Haseul sintió su cuerpo balancearse hacia atrás, siendo sujetado por su mejor amiga. Ridículamente Sooyoung cubrió el dedo aún con restos de sangre y se retiró del despacho.

- Lárgate - le ordenó a su mujer.

- ¿Qué...? - su voz tembló y se tapó los labios ahogando algunas lágrimas - ¿Qué era eso Youngjae?

- ¿Qué no me oíste? ¡He dicho que te vayas! - la tomó del brazo y a regañadientes la sacó.

La extranjera miraba sin palabras en la boca - No pienses lo peor - le susurró, pero apenas fue escuchada.

Haseul ignoró sus palabras y salió a buscar a la empleada - ¡Sooyoung! -

Cho Haseul trabajó por más de una década en la empresa farmacológica. Observó a las trillizas crecer, educó a Youngjae sobre que productos femeninos eran los más adecuados para su salud íntima, ayudó a Yerim a planear sorpresas para su padre, le llevaba de comer a Hyunjin cuando se quedaba a estudiar esperando a que su padre terminara de trabajar y le diera un poco de atención, y le cubría a Hyeju de cualquier situación que pusiera en Youngjae un terrible dolor de cabeza. Indirectamente había criado a las gemelas como sus hijas, y ahora que legalmente era su madre política, tenía derecho de saber si aquel dedo pertenecía a una de ellas.

- Señora Haseul, necesito marcharme cuanto antes - se detuvo a responder antes de entrar al auto.

- Muéstrame - Sooyoung tragó fuertemente y con pena negó - Sooyoung, muéstrame.

- Haseul, cariño - Vivi tomó su mano, tranquilizandola - Deja que Soo haga su trabajo.

- ¿Se trata de Hyunjin? - preguntó con miedo.

- Lo descubriremos pronto señora - Haseul cerró los ojos ante el dolor en su pecho.

No solo habían mutilado a su hija, era probable que un dedo no era lo único externo de su cuerpo ahora.

- Dios, tiene que estar con vida - suplicó en silencio, pero su voz salió de sus labios sin intención y fue escuchada por sus acompañantes.

El teléfono de Sooyoung comenzó a sonar. Observó el número con molestia, era su cuñada llamándola de nuevo.

¿Qué diablos quería? ¿Acaso se había metido en problemas como de costumbre? No podía contestar, no justo ahora, así que colgó y se despidió de las amigas.

Nuevamente sonó, irritando a la morena - Deberías contestar - mencionó Vivi.

Negó - Debo dejar ésto al laboratorio, estoy tardando demasiado - el teléfono vibró, rodó los ojos y se disculpó, girando su cuerpo para tener un poco de privacidad - ¿Qué demonios quieres? - regañó entre dientes.

El ataque a la familia ChoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora