5

143 9 0
                                    

No se en que momento paso tan rápido la semana, pensé que me daría tiempo de mentalizarme de lo que se venía pero en vez de eso me la pase explorando la casa y alimentándome de ese gigantesco frigorífico que había en la cocina.

Así que si, aquí me encuentro con un ridículo uniforme formado por una camiseta blanca con un chaleco rojo esmeralda y una falda del mismo color, en serio era necesario? Iba a extrañar poder vestirme como quisiera para ir a clase a decir verdad.

Metí todo lo que necesitaría según yo en el bolso que me había comprado anteriormente justamente para el instituto y me dirigí a la planta baja donde Robert y mi madre se encontraban desayunando.

-Buenos días cariño, estás preparada para tu primer día?- me dijo mi madre con una sonrisa que no le pude devolver pues me encontraba por alguna razón extremadamente nerviosa y ansiosa al mismo tiempo.

-Ya verás que te va a encantar, el instituto Seven alberga la mejores instalaciones y equipos tecnológicos, no te faltará de nada- me dijo Robert con su característica sonrisa.

No dije mucho al respecto pues no sabía que contestar, sabía que iba a ser un reto los primeros días pero mi objetivo era pasar desapercibida y que el curso pase lo más rápido posible.

Después de desayunar un par de tostadas Robert me indicó que en la salida de la casa me estaría esperando un coche para llevarme al instituto, vaya como es esto de ser rico. Mi madre me dio su típico discurso motivaciónal del que casi no contigo escapar y me dio, según ella, muchas energías positivas para el día de hoy.

En el trayecto en el coche no pude dejar de ponerme nerviosa, como sería la gente? Me refiero, en las películas siempre está gente pija no suele ser muy amable que digamos pero supongo que habrá que verlo.

Ni siquiera me doy cuenta de cuando hemos llegado hasta cuando noto que el coche se detiene y el chofer me abre la puerta, una inmensa puerta me recibe, vaya esto parecía un castillo, tenia unas vayas inmensas que rodeaban todo el recinto y se veía a algunos alumnos entrar tranquilamente y charlando entre ellos como es normal.

No sabía muy bien a dónde dirigirme así que después de plantearme si era mejor simplemente huir o entrar me decidí por la opción que haría que mi madre no me destierre, me dirigí a lo que supongo que sería secretaria, había varios estudiantes pero iban en su mundo así que tampoco notaron mi presencia, mejor para mi. Cuando por fin fue mi turno hablé con la mujer que se encontraba ahí, muy maja por cierto, me entregó mi horario y me indicó a donde tenía que ir, aún que dos minutos después ya había olvidado sus indicaciones, así que si, me quedé parada en medio de un pasillo con cara de payasa esperando a que mis dudas se resolvieran mágicamente.

Me estaba planteando preguntarle a alguna de las personas que pasaban pero después de dos intentos fallidos me rendí, que debía hacer? Quizás un último intento por que a la tercera va a la vencida.
Ni siquiera me fije en a quien estaba abordando solo le agarre del brazo y me dispuse a preguntar mis dudas.

-Oye perdona, no sabrás dónde se encuentra el aula 2.C?- dije intentando verme lo más amable posible. Pero cuando alce la mirada para ver a quien había abordado.. wow era un chico bastante alto, pelo rubio con unas leves ondas y unos ojos azules preciosos.

-Estaría encantado de decírtelo, si me sueltas el brazo, no me gusta que desconocidos invadan mi espacio personal sabes?- vaya, se ve que era demasiado bonito para ser verdad, demasiada prepotencia para mi gusto.

Ni siquiera me había dado cuenta de que seguía agarrándole del brazo así que lo quite lo más rápido que pude y volví a mirarle.

-Y bien? me enseñarás el camino o estoy perdiendo el tiempo?- dije sonando más brusca de lo que quise pero realmente quería llegar rápido a clase, ahorrarme la presentación a mis nuevos compañeros tan innecesaria y hundirme en mi pupitre.

-Bueno vale vale señora malos humos, para tu surte vamos en la misma dirección y a la misma clase, déjame decirte que has tenido el honor de tener a esta cara tan bonita en tu clase- dijo con una sonrisa de arrogancia.

Debía ser una broma, en serio mi primer encuentro con un compañero de clase tenía que ser así?

-Mira mejor la busco yo sola- dije por la vergüenza del momento y cuando me iba a dirigir hacia el pasillo escuché su irritante voz de nuevo.

-Bueno, como quieras pero esa no es la dirección correcta- no estaba viendo su cara pues me había dado la vuelta pero estaba segura de que tendría esa sonrisa arrogante en su cara en esos momentos.

-Entonces porque no mejor te dejas de charlas y me dices dónde está de una vez- dije intentado olvidar la vergüenza de hace unos segundos.

El simplemente hizo una media sonrisa y empezó a camina a donde supongo que estaría la clase.

Le seguí en silencio y dejando una distancia entre los dos, hasta que el abrió la boca de nuevo.

-Supongo que eres nueva, pero no te preocupes has tenido la suerte de encontrarte con la persona más popular de este instituto además de ser el delegado del curso- dijo con esa arrogancia que ya le estaba empezando a caracterizar.

-Uf si que suerte la mía- dije irónicamente.

-Bueno bueno señora malos humos, me llamo Will, aún que no te preocupes no olvidaras mi nombre, todo el mundo me conoce- y ahí estaba de nuevo la arrogancia, como era posible que fuera tan creído?.

-Muy bien Will más caminar y menos hablar- me miro con una cara esperando que le dijera mi nombre pero no tenia humor para presentaciones en ese momento así que di por terminada la conversación.

No tardamos mucho en llegar a la clase y mis nervios aparecieron de nuevo, como no, no había mucha gente por suerte así que sin siquiera preguntar si el asiento estaba ocupado o no me dirigí a la última fila sin ni siquiera agradecerle a Will y me senté con ganas de hacerme invisible. No soy antisocial pero estos momentos no son mis favoritos a decir verdad.

Al cabo de unos minutos más alumnos fueron llegando y esta vez si que recibí varias miradas confusas pero nada de otro mundo, cuando el timbre sonó el profesor entró a la clase y justo cuando iba a cerrar apareció una última persona.

Cicatrices Donde viven las historias. Descúbrelo ahora