7

189 14 3
                                    

Por mas sorpréndete que suene Will realmente si es un buen compañero de clases, eso si de esos que en vez de atender lo único que haces con ellos es reír, pero ¿Para que engañarnos? Yo siempre e sido de ese grupo de personas.

El día paso sin mucha importancia mas allá de eso, las mismas presentaciones que me obligaron a hacer los profesores, de los cuales no me quedé con el. ombré de ninguno. Eso si Will me cayó como anillo al dedo pues me acompañó en la hora de el recreo y me presento a sus amigos, que la verdad si fueron bastante amables conmigo.

A las 2:00pm ya me encontraba en la salida escuchando las ridículas ocurrencias de Will que me llevaba contando todo el día.

-Dios mío Will, mira que e conocido a gente pesada en mi vida pero tú te metiste en mi top tres-

-¿Ah si? mira miss Australia, esas no son maneras de agradecerle a tu salvador que te ha ayudado en tu primer día- y ahí estaba miss egocentrico como diría el.

-Bueno bueno me caías mejor cuando solo contabas chistes-

Justo cuando Will iba a soltar alguna de sus tonterías vi el coche que me trajo esta misma mañana así que me dispuse a despedirme de él.

-Vale Will lo que tú digas, lamento comunicarte que ya me voy y para tu desgracia dejarás de gozar de mi maravillosa compañía- puede que Will me haya pegado un poco de su ego a este punto.

-Lo siento pero no te puedo dejar ir sin que me des tu número miss Australia- ¿estaba escuchando bien o eran alucinaciones mias?

-Ya sabía yo que te habías enamorado de mi, pero te tengo que avisar que no estoy interesada en nada lo siento- le dije y el me respondió con un leve empujón amistoso en el hombro.

-Que no se te suba el ego, solo lo digo por que estos días vas a necesitar la ayuda de alguien como yo, ¿o me lo vas a negar? no habrías llegado ni a una clase hoy sin mi, asúmelo-

No podía negar que tenía razón, ademas por más que no lo quiera admitir la compañía de Will era bastante agradable, así que después de caerle un par de bromas al respecto le di mi número y me fui a toda prima pues el pobre conductor ya se veía un poco enfadado, ups supongo.

Poco después ya me encontraba en casa con mi madre atosigándome a preguntas sobre cómo me había ido, típico de madre no?

-Ya te e dicho que bien mama, me dejas comer ya o no?- le dije ya harta de el interrogatorio, no se que pretendía que le contara, había ido al instituto no a marte.

-Hay hija mira que eres aburrida, no te ha llamado la atención ningún chico?- con que por ahí iba la cosa.

-Que no mama, no me ha dado tiempo si quiera en fijarme en nadie- y no era mentira, a parte de el chico ese Nalga o Alanga o lo que fuera no me fije en nadie, y claro Will pero no le iba a contar a mamá sobre el por que no tenia ganas de otro interrogativo la verdad.

Mi madre dejo de insistir y por fin pude comer tranquila, Robert no estaba en casa así que estábamos las dos solas jue yo con los empleados del servicio, después de comer tenía planeado encerrarme en mi habitación y no hacer nada pero al final decidí salir y explorar un poco la ciudad.

Me cambie el uniforme por ropa más cómoda y después de avisar a mi madre y recibir un pequeño sermón sobre que tuviera cuidado por fin pude salir.

No sabía muy bien a dónde ir así que busque en google maps algo que realmente me gusta demasiado, los libros, así que busque la biblioteca mas cercana, que estaba a 7 minutos andando y según las fotos que había ahí era increíble.

No tarde demasiado en llegar, después de pedirle indicaciones a una señora logré entrar, era mucho más increíble de lo que ponía en google, había mínimo tres pisos y en el techo había una enorme cúpula. Parecía un lugar irreal. Estaba demasiado ansiosa por verlo todo y así que decidí empezar por la parte de arriba, no había mucho gente aparentemente así que solo subí por las pequeñas escaleras y no tarde en llegar.

Estaba distraída viendo unos libros cuando una voz, ya familiar, me sacó de mis pensamientos.

-No te bastaba con estorbar en el instituto que has tenido que aparecer aquí también?-  esa irritante voz al final me iba a acompañar hasta en mis pesadillas.

Y como no, me di la vuelta y ahí estaba el, llevaba varios libros en la mano y me miraba con una mirada no muy amistosa.

-Yo podía decir lo mismo de ti- y era verdad.

Pensé que simplemente pasaría de mi y que se iría pero después de escanearme con una mirada, no muy disimulada, se empezó a acercar más, y mientras el se acerba yo inconscientemente daba pasos hacia atrás.

Al final acabe chocando con una estantería y con su casa a cinco centímetros de mi.

-Eres demasiado irritante, aún que no creo que yo haya sido la primera persona en decírtelo- me dijo aún manteniendo la poca distancia que había entre nosotros.

-Permíteme decirte señor Nalga que en cuanto a ser irritante tú me superas con creces- espera, le acababa de decir Nalga? Esto no puede ser real, se supone que lo de Nalga era algo entre mi cabeza y yo.

Cicatrices Donde viven las historias. Descúbrelo ahora