XV┇Are you here?

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No sabía porque lo hacía, pero abrí la pequeña puertilla blanca, y me adentré a la granja. Nuevamente, mis pies se manejaban solos.

Todavía estaba llorando, más que nada por frustración, cuando me paré en frente del granero. Me adentré en el, y me dí cuenta de que estaba sola. O eso pensaba.

Pensé en que los Cuthbert se enfadarían si supieran de que entré a su granja, así que al menos iría a saludarlos, ¿pero como iría en este estado? Bien, fácil, terminaré de llorar antes de ir a saludar. Me senté cerca del heno, ignorando las varillas pegadas en las medias. Mis brazos se enredaron en mis rodillas, y dejé caer mi cabeza en ellos. Ahogué cada sollozó que esbozaba, y me esforcé lo suficiente para desechar todo lo malo.

Deseché a Billy; al trato de mis padres; a los secretos de mi hermana; a los hombres con la tumba; a la señora Jenkins, y cada mirada odiosa, y principalmente, deseché al pueblo, a sus tiendas, a las personas, a sus costumbres, a sus "principios", y a la forma de rebajarme a mí y a otras mujeres. No sería parte de este odio y ataque. Lloré demasiado por ellos.

-¿Será casualidad que la primera vez que la vi fue en este mismo lugar, en su mismo sitio, y llorando? -Ugh, esa voz. -¿Seré yo su luz en la oscuridad, señorita?

«Maldito franchute.»

-No lo creo, Jerry. -Sorbí mi nariz y levanté la mirada, vi que tenía una pala. -¿Acabas de matar a alguien y vas a enterrarlo, o vas a matar a alguien ahora y luego enterrarlo? -Dije en broma, mientras me secaba las lágrimas de las mejillas.

-Tal vez ambas... -Él sonrió.

¿Es idea mía, o la sonrisa de Jerry se ve tan blanca y perfecta? Casi como si reluciera.

Sentí algo que presionaba mi pecho con furia, y lo prendía fuego. ahí me di cuenta de que quería llorar de nuevo, pero no pretendía hacerlo.

No pensaba con claridad, o tal vez quería estar cerca de esa sonrisa tan cálida, pero me levanté de mi lugar, y pasé mis brazos por detrás de su espalda. Su cuerpo se sintió tensó de inmediato ante mi tacto, pero era tan tibio, con un aire abrasador, era lo que necesitaba sentir. Mi cabeza en su pecho notaba sus latidos acelerarse, y sus manos temblorosas recorrieron mi cintura y mi espalda, para terminar apretándose en ella. Aún su cuerpo parecía tenso, y su respiración era agitada, así que supuse que el repentino abrazo significaba para el un motivo para estar nervioso. Le oí aclarar su garganta y tartamudear antes de hablar.

-¿S-sucedió algo?

-¿Por qué lo dices?

-Está abrazándome, señorita.

-Solo quiero abrazarte, Jerry. -Me apegué a su cuerpo como si viera un refugio en él. -Solo necesito abrazarte.

Asintió lentamente y recostó su cabeza en la mía.

Algo en Jerry me traía paz y desesperación, ¿cómo era eso posible? Si él ni si quiera era mi amigo, ni alguien cercano a mí, entonces solo podía preguntarme: ¿por qué me sentía así?

No, no, conocía ese tipo de confusión, y tenía en claro no estar enamorada de Jerry. Porque es la verdad, yo no amo a Jerry. Pero subí mi mirada y él apartó su cabeza de mí y también me miró, y sus ojos castaños brillando, con un rayo de sol pasando por ellos, y sus pestañas finas y delicadas, con toda su atención en mis ojos... No lo sé, era la concordia, o la quietud de las aguas de mis ojos, lo que hizo que sintiera una emoción más, una llena de serenidad, y de algo, de otra cosa. Parpadeé tres veces seguidas cuando sentí mis mejillas ponerse calientes, pensando que así volvería a la realidad. ¿Pero fue el agarre en mi espalda baja? ¿O fue su respiración agitada? ¿O fueron sus ojos que traspasaban los míos, los que me hicieron sentir cosquillas en la panza, y una ola de electricidad recorrer mi espalda? ¿Qué fue? ¿Y por qué fue? ¿Qué fue lo que me hizo acercarme más a él en puntitas de pie, y esconderme en su cuello? Aún me pregunto que fue...

𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝑳𝒂𝒅𝒚 | 𝐉𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐘𝐍𝐀𝐑𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora