XXIX┇New friend

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El carruaje se tambaleaba molesto. Iba, venía, y de vez en cuando se volteaba mortalmente a los costados. Se mecía con fuerza y rudeza, sacudiendo a la familia que yacía dentro. Los caballos, incontrolables, de repente se paraban y otras veces se salían de la línea para pastar.

Eso no pasaría si Otiz, el cochero de los Barry, hubiera estado al frente guiando los caballos. Pero él no estaba. Cayó terriblemente enfermo. Y en su lugar, Phillip Craig le gritaba a los caballos con desesperación para intentar que se movieran. Una vez decidieron hacerlo, volvieron a encaminarse a la casa de la familia Holland.

Después de unos minutos habían llegado. Al bajar no faltaron los comentarios de la señora Barry sobre su viaje y lo mucho que hubiese querido que Otiz estuviese ahí. El señor Barry había dicho que los jóvenes no sabían hacer nada hoy día, y que si hubiera podido habría de contratar a los cocheros de la reina antes que a los malditos inmigrantes que ensuciaban su ciudad.

Las tres hermanas bajaron en silencio hasta que se escuchó el susurro infaltable del jovencito, y el sonido del cuero de la rienda siendo apretado.

-Me van a despedir... -Soltó la rienda y colocó sus manos en su cabello rubiesco para peinarlo para atrás. -El primer día y me van a despedir...

-Probablemente. -Dijo __________ en tono burlón. El joven la miró con cierto horror emanando de sus ojos grises. -Era broma, cálmate. ¿Por qué no descansas a los caballos en el granero de los Holland unos minutos y luego sales a practicar un rato con ellos? Tal vez a la vuelta no nos marearemos tanto.

-Les doy una disculpa, señoritas. -Dijo el chico mirando a las hermanas. -Creo que estoy nervioso y lo arruiné.

-Tranquilo Phillip. Inténtalo mejor la próxima. -Devolvió __________.

El muchacho la miró con cierto asombro cuidadoso.

-Usted recuerda mi nombre.

-Claro, lo dijiste ayer cuando te presentaste.

-No creí que fuera a recordarlo.

-Yo tampoco. -Se alzó de hombros y dio media vuelta cuando sus hermanas se empezaron a alejar.

Mientras el muchacho veía a la familia irse, decidió tomar el concejo de la joven y descansó a los caballos para luego salir a practicar.

Mientras tanto la señora Barry golpeaba dos veces la puerta y esperaba a que le abrieran. Una señora de avejentada edad abrió la puerta, y con una sonrisa tímida se hizo paso.

-Adelante, por favor. La familia Holland está esperando en el salón. -Anunció con voz rasposa y dos hoyuelos en su dulce sonrisa.

El señor Barry ignoró sus palabras y pasó de largo; su mujer sonrió con delicadeza pero sin esforzarse demasiado. Las hermanas saludaron con una sonrisa más ancha y amable, excepto Minnie May, quien se acercó al brazo de su madre y se aferró a él.

La mujer cerró la puerta y se apresuró a adelantarse para avisarle a la familia anfitriona que los invitados llegaron. Cuando los Barry cruzaron el marco de la puerta del salón se toparon con cuatro rostros: el matrimonio Holland y sus preciosos hijos; Thomás y Maggie. Los dos chicos observaron a la familia. Maggie, a pesar de ser del grupo de Josie y Kendall y tener algún tipo de rencor inventado hacia las hermanas mayores, esbozó una sonrisa dulce, un tanto fingida y un tanto genuina, mientras su hermano mayor mantenía una mirada hostil y poco agradable, especialmente para __________.

La misma frunció el ceño, ladeó la cabeza y fingió una sonrisa ladina.

-Que gusto verlos. -Dijo el patriarca de la familia Holland, Kenneth, acercándose a al señor Barry y estrechando su mano. -Un placer verlos. -Se acercó a la señora Barry con dos besos en la mejilla, seguido de su propia esposa quien se levantó para saludar a los invitados. -Eliza, que bueno verte, ¿William te mantuvo encerrada en la alcoba? No recuerdo la última vez que te vi. -Fue el único que rió.

𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝑳𝒂𝒅𝒚 | 𝐉𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐘𝐍𝐀𝐑𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora