𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝑳𝒂𝒅𝒚 | 𝐉𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐘𝐍𝐀𝐑𝐃

XXXIV┇__________ get sicks

Eliza no tenía idea de que hacer. Su hija lloraba en la habitación, lloraba desde desde que había ido a la casa de su amiga a estudiar. La vio llorar desde que había cruzado la puerta y se encerró en su habitación. Creyó que algo malo le había pasado, pero su hija le explicó cómo pudo que nadie la había lastimado (que era lo que más le preocupaba) y luego rompió a llorar otra vez. Pero incluso si Eliza hubiera seguido preguntando __________ tampoco hubiera sabido que decir. Porqué ¿que era lo que sentía? Ni ella misma lo sabía.

Ese beso había hecho algo entre ambos. Por parte de __________ sé sintió mal por el hecho de sentir que se falló a si misma, sus impulsos la habían traicionado; se sintió herida en su orgullo. Y Jerry, luego del beso, se quedó en el bosque apoyado contra ese árbol, con la cara hundida en sus brazos que estaba cruzados contra sus rodillas. Lo que pasaba es que no podía creer que casi hacen algo allí mismo. Se sentía mal porque creyó que la lastimaba, pensó que de alguna forma la estaba forzando. Tal vez por las cosas agresivas que había dicho ella sintió que tenía que besarlo por el miedo. ¿Y si ella pensaba que él iba a lastimarla? No podía soportar eso, y más porque Jerry casi no tuvo conciencia de lo que decía. Pero igual lloró, porque con conciencia o no él lo había disfrutado, lo había disfrutado como disfrutaba de la paga al final del día, o de aprender lectura con Anne. Pero él no podía disfrutarlo, porque era un católico de fé firme, y había cometido pecado, uno que estuvo en su mente hacia tiempo como una fantasía prohibida de las que nadie dice en voz alta pero todos piensan. Ha decir verdad ni él sabía porque había llorado; ninguno de los dos sabía. Tal vez era como Jerry decía: un sobrecargo de emociones acumuladas. Llorar era un gran desahogo, por eso la gente llora de felicidad. Tal vez ellos sentían felicidad y por eso lloraban. Era algo que tenían clavado en la garganta desde hace tiempo, algo que crecía y crecía, como el miedo. Porque el miedo crece, oh, sí, siempre crece. Antes de superar el miedo, este se expande, se hace gigante, y luego puede ser superado. Mmm, ¿y si lo que sentían era miedo? Miedo de cambiar las cosas, miedo de perderse mutuamente, o de vivir cosas nuevas. Miedo al cambio, a la felicidad. O era una mezcla de ambas, una mezcla rara y explosiva, pero necesaria.

Ese beso fue necesario.

Mientras __________ tenía su cabeza oculta en la almohada, su madre estaba detrás de la puerta. Vaciló antes de entrar, ya que quería darle espacio a su hija, pero al final lo hizo.

«¿Habrá tenido algún problema con su novio?» Se preguntó.

Se sentó en la cama y acarició la espalda de __________.

-¿Ya quieres hablar? -Le dijo.

__________ se incorporó. Tenía sus ojos y sus mejillas totalmente rojas y su cabello despeinado. Sollozaba tratando de mirar a su madre a los ojos pero le costaba mucho.

-¿Es tu novio?

Su hija ladeó la cabeza a los costados.

-Mamá... -Murmuró con la voz quebradiza, al igual que sus ojos. -Mis labios...

-¿Qué, qué dices?

-Mis labios. Fue como dijiste, mamá, fue exactamente como lo dijiste.

-¿Qué quieres decir?

«Mis labios encajaron a la perfección, mamá. Besé a Jerry. Besé a ese chico como una loca desesperada, como si lo quisiera. Casi parecía que mis labios nacieron para los de él, nacieron para besarlo a él. Dime si es eso lo que quieres escuchar; dime qué quieres escuchar la forma en la que me rompí con él, como nos besamos, como me sentí con sus manos sobre mí. No, pero no lo harás, porque no quieres escucharme llorar mientras recuerdo el sonido de sus labios chocando con los míos, ni él cosquilleo en mi vientre cuando me alzó contra el árbol. Tú no quieres saber eso; no quieres oír el pecado que mi estupidez me hizo cometer. Y yo no quiero decírtelo».