DÍA CINCO

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<vientre abultado>

    

   
     
[Vientre abultado es la prominencia o parte hinchada del estómago]

  
      
  

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Comía tranquilamente su desayuno, tenía todo el día para relajarse al no tener que ir a su agencia ese día, Kirishima en cambio se había retirado media hora antes a hacer guardia por su sección, antes de marcharse anunció que le compraría algo al cenizo y que lo espere con el culo preparado para cuando llegue, claro, como si fuera tremendo idiota para hacer caso a todo lo que dijera.

- vaya estupidez - insultó a la nada, si el mundo supiera todo lo pervertido que era comportándose como un héroe ejemplar con su brillante sonrisa y actitud positiva con los demás, nadie podría creer que tal sujeto se convertía en un depravado de primera en cualquier lugar donde estuvieran los juntos.

Soltando un suspiro al aire dejó  esos pensamientos, tanto él como Kirishima eran iguales, pensaba en que idiotez podría llevarle el pelirrojo, tan sólo le quedaba esperar y que mejor que matar el tiempo yendo a la farmacia a por lubricante, mirar cualquier programa de televisión, escuchar música mientras ordenaba la casa, lo normal que haría una persona en su día libre.

Kirishima llegaría al rededor de las diez de la noche, conocía bien los horarios, apegados a eso de las nueve y luego de una ducha extenuante, se quitó los pantalones subiendo a la cama, no, no estaba preparando su culo como lo ordenó el pelirrojo, simplemente le dio la gana de encajar sus dedos en su trasero un rato para relajarse para pasar el rato, lo normal.

       

- estoy aquí -

Eran alrededor de las diez de la noche cuando el pelirrojo hizo su entrada en el apartamento del cenizo traía consigo una caja negra larga de quizás cuarenta  centímetros de largo con un anchor de veinte centímetros. 

- qué traes ahí - habló Bakugo apareciendo su anatomía por el marco de la puerta del dormitorio a la sala, tenia curiosidad por saber que le traía en la caja por lo que se mostró a su acompañante solo vistiendo con la camiseta oversized dejando claramente al descubierto lo que estaba haciendo hace unos momentos algunos chorros de lubricante caían por medio de sus piernas.

- que obediente - musitó  pasando a lado del sumiso acariciando la cabeza de este como si lo elogiara en silencio por su gran trabajo, entró a la habitación - ven a ver tu regalo - se sentó en la cama dejando el paquete en esta misma, sin más que decir miró como Bakugo fue a prisa subiéndose a la cama abriendo entusiasmado la caja - es dos tallas más grande que el mío - 

-... así que me das algo con lo que puedo satisfacerme realmente - su cara se tornó molesta, se sentía como idiota al no pensar que podría ser algo como eso, lo tomó entre sus manos, era grande, muy grande. Tanto el grosor como el largo - ¿por que me das algo así? Es un regalo de despedida o alguna porquería así? Porque no lo pienso usar jamás, los reales son mejores - le tiró el consolador en la piernas - Úsalo tu, yo siempre puedo encontrar una polla mejor -

- sabes que jamás dejaría que metas otra polla en lo que es mío así que por ahora y mientras estoy lejos por estas semanas usa este pito de látex - replicó lanzando el consolador en medio de las piernas del cenizo.

- me niego - se cruzó de brazos tirándose de espaldas en la cama, la misión antes suspendida ya podría realizarse por lo que Kirishima viajaría lejos por no sabía cuanto tiempo, lo cual era molesto pero más que eso, le parecía tonto lo que el pelirrojo intentaba hacer - no necesito de estas mierdas y ya lárgate no estoy de humor para nada -

KIRIBAKU MOUNTH 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora