Crecimiento personal

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4 de noviembre de 1970 en Los Ángeles, California. Un trabajador social descubrió a una niña de 13 años, después de que su madre huyera de su casa con la niña y acudiera a los servicios sociales. El trabajador pronto descubrió que la niña había sido confinada en una pequeña habitación, y una investigación posterior realizada por las autoridades reveló que la niña había pasado la mayor parte de su vida en esta sala, a menudo atada a una pequeña silla, desnuda, solo siendo capaz de mover las manos y los pies.

Después de escuchar esta terrible historia me fue imposible no reflexionar sobre ciertas cosas.

Muchas veces creemos que crecer, en toda la expresión de la palabra, es algo aunado a la edad. Mientras los niños van creciendo físicamente se espera de ellos ciertos comportamientos: Que muestran interés en interactuar con otros niños y adultos demostrando una mayor capacidad para compartir, tomar turnos y participar en actividades de juego cooperativo. O también que desarrollen una mayor comprensión y regulación emocional, comenzando a reconocer y nombrar sus propios sentimientos.

Durante mi infancia se me fue dado todo lo que quería, con un simple berrinche obtenía desde un juguete o un dulce hasta un permiso para ir a dormir a casa de una amiga. Mis padres creyeron que esa era la mejor manera de hacerme feliz. Quizás lo fue en aquel momento, pero me privaron de algo importante.

Pero lo peor llego cuando entré a la adolescencia, donde abrumada por mis sentimientos y mi falta de control sobre ellos me vi envuelta en problemas, siendo que se me conocía como una chica estudiosa y tranquila, de repente empecé a tener citatorios por variedad de motivos.

Mi madre hace tiempo lo admitió: "Es por nuestra culpa que eres una malcriada", dijo.

La verdad es que lo que realmente pasó es que jamás me preocupe por mi creciente personal.

No estoy culpando a nadie, al final de cuentas soy una adulta que sabe que todas sus decisiones tienen repercusiones, no solo en mí misma sino también en las personas que me rodean. A lo que quiero llegar con esto es que sencillamente en muchas ocasiones de nos fijamos en el exterior y no en el interior.

Volviendo a la historia del inicio, cuando esta niña fue examinada por diversos especialistas pesaba sólo 27 kilos y se movía de forma extraña como con "pies de conejo", no era capaz de enderezar los brazos y las piernas. Pero lo que más impresionó al equipo era que ella a menudo escupía, no hablaba, al principio parecía sólo era capaz de reconocer su propio nombre. Si bien su desarrollo físico estaba atrasado con respecto a su edad, su desarrollo emocional y cognitivo correspondía al de un niño de un año.

La falta de un trato humano y la convivencia social también la habían privado de la capacidad de crecer en el ámbito personal y emocional.

Para mi suerte a diferencia de aquella niña tuve la fortuna de conocer a personas que me han ayudado a crecer. Porque sí, crecer es un trabajo de uno mismo, pero también se puede recibir ayuda y buscarla.

Porque no, el crecimiento personal no es algo que viene mágicamente con la edad, es un logro que se consigue con esfuerzo y que cada uno debe buscar por el bien propio y el de los demás. Somos seres sociales, es parte de nuestra naturaleza y es por ella parte fundamental de nuestro desarrollo. Jamás desmeritemos el hecho de hacernos responsables de nuestras acciones, de ser capaz de relacionarnos sanamente con otras personas o de saber poner límites a otros o a nosotros mismo. Solo cada uno de nosotros sabe el camino que tuvo que atravesar para llegar a ser la clase de persona que es ahora y el camino que aun le queda para ser una mejor versión de sí mismo.


Este discurso lopresenté hace toco en una actividad escolar así que lo traje aquí para juntarcon el resto de mis escritos variados ¿Alguien va a leer esto de todos modos?No lo sé, si es así, gracias por estar aquí.

RetazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora