Dos días

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-La noche anterior había sido nuestra boda, linda y sencilla como ella- Sin poder evitarlo pongo una sonrisa de lado -Aquella mañana soleada en el aeropuerto, ella cargaba las maletas mientras yo entregaba los pasaportes y los boletos, por alguna razón desconocido no nos dejaban abordar, nos llevaron a las oficinas pero no nos decían nada acerca de nuestra situación, yo estaba enojada porque sino se apresuraban podríamos perder nuestro vuelo, el inicio de nuestra luna de miel no era el mejor pero a mi lado ella estaba tan tranquila como siempre, sentimiento que me transmitió con solo tomar mi mano, unos minutos después nos dejaron abordar, "solo se trataba de ser pacientes" me dijo ella y yo la abracé por un costado, mientras la ayudaba con las maletas, abordamos y estábamos perdidas la una en la otra hasta que empezó una fuerte turbulencia y aunque no era mi primera vez viajando en avión si era mi primera vez en una situación tan peligrosa como esa, nos pusimos los cinturones me percibí a mi misma temblando entonces ella siendo la persona más empática que jamás he conocido me tomó entre sus brazos y todos mis miedos se fueron- Hice una pausa y solté un pequeño suspiro –La turbulencia siguió por un rato más pero a ninguna de las dos parecía importarnos, horas después llegamos a nuestro destino sumamente emocionadas sin importar todo lo que había sucedido anteriormente, dispuestas a disfrutar ese viaje al máximo, después de lo difícil que había sido nuestra relación debido, no a nosotras, sino a los prejuicios estúpidos de la gente que nos rodeaba, de algunos quienes se hacían llamar amigos nuestros e incluso de nuestros propios padres, así que este viaje era una manera de decirnos a nosotros mismas que lo habías logrado, que ahora éramos mujer y mujer sin importar lo que ellos quisieron hacer para evitarlo.

"Aunque ojalá la gente entendiera que cuando se trata del corazón no hay nada que lo pueda detener, quizás no estaría en esta situación", pensé.

Solté otro suspiro, la primera lágrima comenzó a caer y las demás después, una detrás de otra sin parar, aun así continúe.

-En la terminal buscamos las maletas al no encontrar una de ellas pedimos ayuda a un trabajador del aeropuerto nos dijo que debíamos llevar algunos formularios, que en realidad resultaron ser muchos, otra vez me enojé y otra vez ella me calmó, aún no entiendo que hice para merecer a una mujer tan paciente- Sin evitarlo, aún con las lágrimas sonrío un poco -Salimos del aeropuerto y nos dirigimos al hotel, estaba totalmente emocionada ya quería que ella viera la habitación que sería nuestra por una semana, estábamos en la recepción del hotel recibiendo nuestra llave y siendo felicitados por el personal, pues ella recibió que éramos recién casadas, la primera vez que él nos vio- Hago mi mano un puño y aprieto con fuerza -Si tan solo me hubiera dado cuenta.
De pronto siento que me falta el aire así que inhaló fuertemente para continuar.

-El día que llegamos solo descansamos del viaje y tuvimos una noche maravillosa, al día siguiente ella me dijo que quería llevarme a un lugar que en las fotos le había parecido simplemente único, yo estaba totalmente emocionada, cuando estuvimos listas bajamos a la recepción entregamos la llave y nos fuimos, apenas habíamos caminado una cuadra cuando la perdí para siempre, el simplemente le enterró un cuchillo y le dio vueltas con tanta rapidez y fuerza que ella simplemente murió desangrada en la acera mientras yo la veía morir, el huyó, yo le pedí a una persona que pasaba por ahí que llamara a una ambulancia, él cumplió con su cometido que era matarla por el simple hecho de amar a una mujer y yo no cumplí con el mío que era cuidar de ella con mi vida.

Simplemente no puedo seguir hablando me acerco más al féretro y abrazo ese objeto que contiene el cuerpo inmóvil de quién siempre será el amor de mi vida.

-Lo siento Mariana, te fallé- Es lo único que acierto a decir antes de que las lágrimas no me permitan pronunciar palabra alguna.

Mi mente se llenó de recuerdos de la semana que pasé en aquella habitación de hotel que se suponía era para las dos y en la que sólo estaba yo esperando los resultados de la investigación policiaca, que lo único que descubrió fue que Mariana fue una más de las víctimas de aquel hombre que asesinaba mujeres lesbianas por el simple hecho de tener esa orientación sexual, no habían podido atraparlo y parece que seguiría así, cuando me enteré no pude parar de llorar, desde ese momento no había noche que pudiera dormir en paz hasta que por lo menos hubiera vivido lo suficiente para calmar mi dolor.

-Yo fue la que debió morir aquel día Mariana, no tú, tú eras una persona maravillosa yo por otro lado no- Dije.

Fue hasta entonces cuando sentí que un par de brazos rodeándome y alejándome del féretro, era Irlanda, mi mejor y única amiga también amiga de Mariana, que a como pudo me sentó en una silla.

Además de ella no ha la nadie más en la sala de velatorio.

-Estaba dejando que te desahogaras pero ya estuvo bueno no voy a permitir que digas eso, sabes muy bien que ella no merecía morir pero tampoco hubiera estado bien que tú hubieras sido tú -Dijo mirándome a los ojos.

-Eso no fue lo que dijo su madre cuando llegó a nuestro departamento hace un par de días- Contrapuse yo.

Pude ver por su cara que ella se dio cuenta de que mi aliento olía a alcohol pero como podría culparme está en el funeral de mi esposa ese dolor era insoportable.

-Sabes muy bien que esa mujer suele decir cosas con tal de lastimar a los otros- Dijo Irlanda.

Y es que mi amiga tenía razón al igual que mis padres esa mujer había dicho y hecho de todo para dañarnos a mi y a Mariana.

Abracé a mi amiga con fuerza, ella y la hermosa mujer que ahora descansa en el féretro era a las únicas personas a las que yo de verdad les había importado.

Y esa es la historia de como a causa del odio me quedé viuda dos días después de mi boda.

RetazosWhere stories live. Discover now