El timbre del comunicador de Gemini ni siquiera se registró al principio, todos los sentidos de Fourth se centraron en la polla que golpeaba rápidamente dentro de él. Estaba gimiendo en voz baja mientras Gemini gruñía encima de él, bombeaba dentro y fuera de su agujero con sonidos obscenos y resbaladizos. Tan bueno. Tan perfecto.
El comunicador volvió a sonar.
—No te atrevas —dijo Fourth, agarrandolo las caderas e instándolo a seguir moviéndose.
Gemini gimió y siguió empujando, pero también alcanzó su comunicador y presionó el botón de aceptar, poniendo la llamada en altavoz.
—¿Sí? —Gruñó junto al oído de Fourth, respirando con dificultad. El menor podía sentir que estaba muy cerca, y el pensamiento provocó una fuerte ola de excitación a través de su cuerpo. Quería la semilla de Gemini, quería estar lleno de ella.
—Gem, hablé con Pawat sobre la eliminación de las trampas mentales en la mente de Dalatteya para que pudiéramos leer su mente —dijo alguien. La voz era familiar, era el amigo de Gemini, Winny, pero Fourth apenas podía registrar el significado mientras arqueaba su cuerpo y empujaba hacia atrás la gruesa polla dentro de él. Joder, tan bueno. Después de más de un mes de esto, todavía no podía obtener suficiente.
Gemini gruñó.
—¿Y? —Dijo empujando firmemente.
—Pawat dijo que estaba equivocado: él no fue quien colocó esas trampas mentales, por lo que no puede eliminarlas. Existían en su mente mucho antes de que Pawat comenzara a lavarle el cerebro.
Gemini se quedó inmóvil.
—¿Qué?
Fourth gimió, envolviendo sus piernas alrededor de las caderas de Gemini y hundiendo sus talones. Quería más. ¿Por qué se había detenido?
—Muévete —exigió Fourth, sin importarle el significado de la conversación. Sabía que debería importarle, una parte distante de él le decía que prestara atención, pero era difícil prestar atención cuando todo lo que quería era que lo llenaran y lo jodieran contra el colchón. —Vamos, —dijo, tratando de empujar hacia atrás en la polla en él. —Te necesito.
El mayor se estremeció, sus ojos se desenfocaron de nuevo por el deseo animal. Volvió a moverse, duro y rápido.
Fourth gimió en aprobación.
—¿Qué diablos, en serio lo estás jodiendo mientras hablas conmigo? No importa. Llámame luego.
Gemini gruñó, sus ojos vidriosos aún fijos en el cuerpo desnudo de Fourth, en su pene duro y goteante que casi tocaba su estómago, antes de moverse al lugar donde sus cuerpos estaban conectados. Observó su propia polla entrando y saliendo del agujero con una especie de extraña fascinación antes de volver a mirar la cara ebria de placer de Fourth.
—Joder, mira cuánto te gusta esto... —Sacudió la cabeza aturdido. —Odio esta maldita droga —murmuró, en voz baja y ausente, mientras su mano grande le acariciaba el muslo pálido con reverencia.
Haciendo un sonido afirmativo, Fourth enlazó sus brazos alrededor del cuello de Gemini y tiró de él hacia abajo, queriendo su boca sobre él. Gemini lo complació, besando su cuello y chupando chupetones allí.
Esto era bastante nuevo para ellos. Fourth no estaba seguro de por qué habían empezado a hacer algo más que la penetración, pero se sentía bien, así que ¿qué diferencia había?
Gemini chupó con fuerza su cuello, todo el cuerpo del menor cantaba con una satisfacción que se volvía más aguda y mejor con cada poderoso empujón. Gemini pellizcó su pezón y Fourth gimió y se corrió. Su orgasmo lo tomó completamente desprevenido, solo una ola más grande de placer que lo hizo sentir como si estuviera flotando. Lo tomó con suspiros de éxtasis, acariciando las duras nalgas y la espalda de Gemini mientras el otro hombre se corría dentro de él.
