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—¿Dónde has estado?

Fourth se congeló al entrar a sus habitaciones, mirando a su madre sentada en su sofá.

Sus ojos azules lo recorrieron con rapidez, sus labios fruncidos en evidente desagrado.

Fourth se sonrojó, repentinamente muy consciente de su estado a medio vestir y su cabello despeinado. Esperaba que no tuviera nuevos chupones en el cuello. Usualmente usaba un regenerador dérmico, pero no había esperado exactamente que su madre lo estuviera esperando en su habitación en medio de la noche.

—Son las tres de la mañana, —dijo Dalatteya. Fourth cruzó los brazos sobre el pecho y asintió.

—Ciertamente, Madre. Lo que me hace preguntarme por qué sigues despierta a esta hora.

Mirándolo con una mirada plana, se puso de pie.

—Ya he tenido suficiente, Fourth. Guardé silencio sobre la situación, porque me sentía culpable por mi parte en ella, pero eso es suficiente. ¡Han pasado casi dos meses! El Dr. Jihan dijo que se suponía que sus síntomas ya habían desaparecido por completo. En cambio, te encuentro ausente de tus habitaciones a las tres de la mañana, ¡y no te atrevas a mentirme que no estabas con ese hombre! Puedo sentir su marca telepática sobre ti.

Fourth sostuvo la mirada de su madre con cierta dificultad.

—Estoy manejando la situación lo mejor que puedo —dijo, muy tranquilamente. —¿Necesito recordarte que no estaría en esta situación si no fuera por ti?

—Ya dije que lo sentía —dijo Dalatteya, acercándose y poniendo sus manos sobre sus hombros. —Cariño, mírame.

—Te estoy mirando, madre —dijo Fourth, viendola.

—Mírame a los ojos y dime que no quieres a ese hombre.

Fourth soltó una carcajada.

—Madre, sabes muy bien que realmente no puedo decir eso con la droga alienígena en mi sistema...

—Autoricé al Dr. Jihan a usar la IA de nuestro palacio para ejecutar un escáner en ti. Dijo que queda aproximadamente el 0,002% de la droga en tu sistema. Estás efectivamente de vuelta a la normalidad.

Fourth abrió la boca y la cerró sin que saliera ningún sonido. Su primer impulso fue decir que debía haber sido un error, que por supuesto que era un error, que no podía ser cierto. Pero luego pensó en lo claro que había sido su recuerdo del sexo últimamente. Pensó en cómo no había pensado en Gemini en términos de "reproductor" y "compañero" en mucho tiempo.

Pensó en el hecho de que últimamente se fijaba más en los besos y los brazos a su alrededor que en el sexo. Incluso disfrutaba haciendo el papeleo de Gemini con él, por el amor de Dios.

El estómago de Fourth se hundió.

—Ahora mírame a los ojos y dime que no quieres a ese hombre.

Se humedeció los labios con la lengua.

—¿Por qué importa, madre? El sexo es solo sexo. No me digas que nunca has disfrutado del sexo con alguien que no te gustaba.

La mirada que le dio Dalatteya fue positivamente escalofriante.

—No te hagas el tonto. ¿Estás diciendo que no te gusta? He visto la forma en que lo miras: como un niño tonto y enamorado. Has perdido de vista el objetivo, que es eliminar a Gemini de la escena.

El corazón de Fourth comenzó a latir más rápido.

—Madre, no pienso...

—Ese es tu problema, ¡tú no piensas! Cuanto más tiempo permanezca el engendro de Emyr en el trono, más se acostumbrará a él nuestro pueblo. Su asociación contigo en público ya lo hizo más popular de lo que tiene derecho a ser. No podemos esperar más si queremos que lo retiren del trono...

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