» siete.

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La calle estaba fría, y la noche estaba sumida en lo más obscuro, pero el cielo era estrellado, azul, y hermoso. La luna estaba llena, sería algo maravilloso de apreciar, de no ser por lo que había pasado hace un instante.

Dan no sintió el frío, y tampoco le prestó atención a la obscuridad que parecía querer devorarlo. Sus lágrimas no podían dejar de salir, atragantándose con su propio llanto. La garganta le dolía tanto porque tenía un nudo que lo estaba sofocando. Por más que llorada desconsoladamente, ese nudo era grueso como una soga, no parecía querer desenredarse.

Dan no podía creerlo. No podía creer que Jaekhyung fuera tan hijo de puta, peor que el diablo.

Dan lo odiaba, pero se sentía culpable, porque no podía dejar de amarlo en un instante. La persona que más amaba, era la que más daño le hacía, la que más le destruía.

Y Dan tampoco era un tonto. Sabía que Jaekhyung también lo quería aunque sea un poco, podía verlo en sus ojos. Sabía que el hecho de que se revolcara con múltiples omegas era una vil mentira, porque Jaekhyung rara vez llegaba tarde. Y cuando lo hacía, se aferraba a él, respirando su leve aroma como si quisiera memorizarlo, ansiándolo, necesitándolo.

Pero lo que le dolía, era que a pesar de las mentiras, siempre terminaba lastimándole, siempre lograba su cometido. No entendía cómo es que llegó a enamorarse de alguien así de egoísta y narcisista, que no le importaba pisotear a los demás con tal de obtener lo que quería.

Jaekhyung lo amaba, pero ese amor era enfermizo e insano. Lo quería a su lado, pero no quería sacrificarse por un simple beta. Quería mantenerlo oculto, negarlo.

Quería cambiar su esencia, quería convertirlo en omega, sin importarle una mierda su salud y las consecuencias de la trasformación. Él mismo las estudió debido a su campo de medicina, y sabía lo horroroso que era, lo doloroso que sería arrastrarse por el suelo cuando llegara el celo. La fiebre que sentiría y la desesperación de necesitar a su alfa urgentemente. Tener que depender de uno.

Y el embarazo... Era altamente riesgoso.

Pero a Jaekhyung no le importó. Incluso amenazó con desaparecer a su abuela, sabiendo que era lo más importante que tenía. Sabiendo que sin ella, Dan jamás había aceptado el condenado trato.

De repente, alguien lo paró, sosteniendolo de sus hombros.

"D-dan, ¿Está bien?" preguntó. Era Yoongu.

Dan se sintió muy avergonzado. Aunque ahora había crecido y convertido en un alfa, no quería que Hwang Yoongu lo viera en este estado tan miserable. Para Dan, Yoongu aún era un niño.

No entendía cómo Jaekhyung se preocupaba por él. Realmente estaba muy transtornado como para pensar que Dan se metería a la cama con un niño.

Yoongu vio su estado destrozado y sus ojos partidos, los moretones y cómo su andar era trémulo y dudoso. No necesitó preguntar para entender por completo lo que estaba pasando.

"Tranquilo, puedes quedarte en mi casa " susurró suavemente, tratando de calmar al alterado beta que no podía dejar de soltar gruesas lágrimas. Le partía el corazón ver al querido doctor así.

Yoongu estaba afuera a altas horas de la noche porque había terminado su jornada de trabajo. Fue una casualidad tan grande y afortunada que Dan fuera rescatado por él. Realmente no sabía a donde ir en este horario tan loco, donde cualquier cosa podría pasarle a un beta que camina solo por la calle. Pero definitivamente, aquel penthouse ya no era un lugar seguro. En realidad, era más una zona de guerra.

Estar allí, y deambular solo por los suburbios... Ambas cosas eran peligrosas.

Dan sentía que temblaba conforme avanzaba. Sus piernas estaban adoloridas por la rudeza de las noches anteriores, Donde Jaekhyung había ultrajado su cuerpo despiadadamente, sumado al intenso pánico que sentía. Pánico de que el alfa lo descubriera y fuera tras ellos, y le hiciera daño a Yoongu, el inocente de la situación.

HIS SLAVE |  JINX - ABO (+18)Where stories live. Discover now