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|| Un año después... ||

Escucho la alarma de mi teléfono sonando, estiro mi brazo y la apago. Paso mi mano por mis ojos y puedo sentir como Tyler se abraza a mi cuerpo, acaricio su espalda y él besa mi cuello.

—¿Ya debes irte? —asiento.

—Debo estar en el hospital en dos horas —suspiro y mi mano peina su cabello.

—Linda forma de comenzar nuestro aniversario —roza su nariz en la piel de mi cuello.

—Trataré de volver temprano —beso su frente y me levanto de la cama para ir hacia el armario.

—Luces hermosa hasta recién levantada —lo observo y está sentado en mi cama, cubriendo de su cadera hacia abajo con las sábanas, ya que estaba desnudo.

—Y tú luces muy dormido —ambos reímos.

Tomo un jean blanco y una camiseta de mangas cortas color negro, escojo un conjunto de ropa interior blanco y camino hacia el baño.

Tardo unos veinte minutos en alistarme por completo.

En este tiempo no he hecho más que preocuparme por mi familia, los tratamientos de Jackson, mi trabajo y Tyler; la relación con Tyler iba muy bien, mejor de lo que ha sido cualquier otra de mis relaciones, pero él aún no logra comprender ciertos aspectos de mi vida y eso ha generado algunas discusiones en este último tiempo.

Jackson ha sido muy cumplidor con cada sesión de radiación o quimioterapia, desde que sabe que Matt es su hijo no hace más que buscar su mejoría, hoy debía hacerse unos estudios para ver el avance de su tumor. Matt adora a Jackson, incluso ya le llama "papá", el primer día que lo hizo Jack rompió en lágrimas.

Tania está mejorando, no hemos dejado de visitarla en ningún momento. También iniciamos una terapia familiar, fue algo que nos ayudó demasiado para poder mejorar en este proceso, ella se siente bien, ya lleva más de un año sobria.

Tammy dio a luz hace unos meses a una preciosa niña la cual llamaron Amira, no puedo describir lo perfecta y tranquila que es esa bebé. Las primeras semanas estuvieron bastante agobiados ambos, Benjamín y Tamara, pero consiguieron acomodarse muy bien, los padres de ambos ayudan mucho, es más, los padres de Benjamín vivían en Venecia, pero decidieron mudarse a Los Ángeles para estar cerca de su nieta y su hijo.

Respecto a Max, no hemos vuelto a hablar con detenimiento hace mucho, solamente cruzamos escasas palabras en el hospital, pero no mucho más.

Golpean la puerta del baño y yo la abro para encontrarme a Tyler entregándome una taza de café.

—Gracias —besa mis labios—. ¿Sabes si Jackson está despierto? —doy un sorbo al café.

—Está desayunando y Matt aún duerme —ingresa al baño—. Hay tostadas y waffles en el comedor —informa.

—Iré a desayunar —beso su mejilla y camino hacia el comedor para encontrarme con Jackson bebiendo un batido extraño—. ¿Hoy de que es? —beso su frente y tomo asiento a su lado.

—Waffles con jarabe y leche de avena —da un sorbo.

—¿Estás listo para los estudios? —asiente lentamente.

—Tengo miedo, sinceramente —yo niego y aprieto su hombro—. No me gustaría recibir otra mala noticia una vez que pude construir algo fuerte con mi hijo —lo observo enternecida.

—Tenemos que tener pensamientos positivos, Jack —le sonrío—. Acaba esa cosa y nos vamos —llevo un trozo de waffle a mi boca.

Tyler cuidaría a Matthew, hasta que mi tía lo llevara a su apartamento; hace mucho que no lo llevo a la guardería, ya que están Jack y Tyler, además de mi tía.

CÓDIGO AZUL © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora