Capitulo 17

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Rebeca:

—Creo que no te escuche bien, puedes repetirlo —Frank rueda los ojos.

—Que Katia y yo estamos saliendo, y te quería avisar antes de ir a la discoteca —ahí confirmo que definitivamente no estoy alucinando.

—¡¿Desde cuándo?! ¿Izan lo sabe?, porque si él lo sabia y no me lo contó...

—No lo sabía, pero en estos momentos  ha de estar enterándose, ¿crees que sea un hermano celoso? —bromea.

—No, pero sí protector, así que si le haces daño a Katia un sermón de mi parte será lo que menos te preocupará.

Él traga saliva, seguro no se esperaba esa respuesta.

Hoy es cumpleaños de Katia, Ada y yo pasamos la mañana y tarde en la casa de Zuri, hasta que fueron las seis.

Ada se quedará en casa de Zuri hoy, ella y Oliver se ofrecieron a cuidarla.

Izan me trajo a casa y me estaba terminando de cambiar, cuando Frank llega y me dice el nombre de la chica con la que ha estado saliendo.

—¿Cuándo empezó? —vuelvo a preguntar.

—A las dos semanas que nos conocimos, hace casi dos meses.

—Ni siquiera sabes la fecha exacta —suspiré—, okey, no es cómo que Izan y yo tengamos que aprobar su relación, pero te diré algo, pobre de ti que me entere que no estás cien por ciento en esa relación.

—¿En serio crees que sería infiel a Katia? —me pregunta al haber entendido lo que traté de decirle.

—Frank, ¿Cuando fue la última vez que  tuviste una relación que no fuera abierta? —no contesta, porque la respuesta es:

Nunca.

—Te promero que con Katia es diferente, las cosas han sido claras desde el principio, nada de relaciones abiertas.

—Bien, Fred y Ana nos esperan en el auto, así que vamos.

—Oye, como que Fred y Ana están volviéndose cercanos, no crees, no me sorprendería que pronto sean pareja.

—Si eso sucede espero ellos si tengan la consideración de decírmelo desde el principio, para que no me tome por sorpresa —sé que tiene razón Ana y Fred han empezado a ser más cercanos, desde el lunes que Fred llegó con la botella de vino.

—Nunca dejaras de reprocharme que no te lo contara.

Llegamos al auto.

Frank golpeó la ventana de los asientos traseros con los nudillos.

—Tortolos, ya llegamos —dice después de medio abrir la puerta del conductor.

Rodeé el auto para subirme al asiento de copiloto.

—¿No te lo dije? —Frank me sonríe triunfante—, estaban besándose.

—Deja de decir tonterías —le chilla Ana.

—Tu labial está arruinado, esa es la prueba —le dice Frank y por el espejo retrovisor veo que no es verdad, pero ella se lleva la mano debajo de los labios para comprobarlo.

Admito que me hizo reír que cayera en la trampa de Frank.

—Les digo desde ya que espero humildemente no se besen en frente mío si pueden evitarlo, ah, y también va para ti y Katia —señalo a mi otro hermano.

—¿Cómo que Katia? —Ana me mira a mí y luego a Fred, y por último a Frank.

—He estado saliendo con la hermana de Izan, desde hace algún tiempo y recién hoy se lo he contado a Rebe —se encoge de hombros.

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