Capitulo Final

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Rebeca:

Hoy es el día.

Hoy me voy a casar con Izan.

Y eso me pone de los nervios.

—Tranquila Reb, todo saldrá bien —Cristina me dice mientras estamos en el auto.

—Faltan unos minutos para llegar a la hacienda no puedo estar tranquila.

La hacienda Roberts quien perteneció a el abuelo de Izan fue el lugar escogido para la boda.

Es enorme y además tiene un salón donde perfectamente se puede hacer la fiesta.

—Si ayuda en algo no eres la única nerviosa, tu novio se ha estado acomodando la corbata como veinte veces, en los últimos diez minutos, según Emilio.

Bueno, creo que ya encontré un modo de distraerme, y no, no hablo de preguntar sobre los nervios de Izan, eso me pondría más nerviosa.

—¿Tú y Emilio son solo compañeros de trabajo?

Ella enarca una ceja.

—Intentas distraerte usándome como tema de conversación —asiento—, vale, solo responderé por tu bien, solo somos compañeros de trabajo.

—No te creo.

—Es verdad.

—¿Cuantos años llevan conociéndose? —pregunto.

—Toda la vida, pero empezamos a trabajar juntos hace cinco años.

—Ah, ya, y, ¿nunca te ha gustado?

—Oh, mira, ya hemos llegado —el auto se detiene—, bueno, la conversación estaba muy buena pero tú padre ya está llegando por ti.

El chófer baja del auto y nos abre la puerta, Cris sale primero y luego bajo yo, me ayuda a acomodar el vestido, y los nervios vuelven al ver a mi padre llegando.

—Voy a avisar que tomen sus puestos —nos dice Cris y entra a la hacienda.

Unos minutos después Cris vuelve para decirnos que ya es hora.

La música nupcial empieza y Ada lleva la cesta con pétalos esparciendo los por el camino, al frente de mí están Hadley, Katia y Ana.

Y al fin puedo ver a Izan, lleva un traje gris, con la corbata del mismo color.

—Me gustaría poder decir como los otros padres algo como que aún tienes tiempo de arrepentirte, pero sé que no lo harás, así que lo único que te puedo decir es que te deseo toda la felicidad del mundo —cuando llegamos al lado de Izan, mi padre me da un beso en la frente y toma mi mano para dársela a Izan—, sé que ya se lo he dicho a ambos pero espero sean felices de ahora en adelante, junto a sus hijos.

—Gracias, Gael, yo también deseo ser feliz junto a Rebeca y nuestros hijos.

Papá asiente y va a su silla.

—Estás hermosa —Izan me dice dándome un beso en la mejilla.

—Y tú estás muy apuesto —sonríe y el padre se aclara la garganta para empezar con la ceremonia.

Durante las votos ninguno de los dos se puede aguantar las lágrimas y ya estamos a punto de llegar al final de la ceremonia.

—Los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.

Izan se acerca aún con lágrimas en los ojos y me besa, correspondo al beso.

—Te amo, Be.

—Yo a ti, Izan.

Empiezan los aplausos y luego todos se acercan a felicitarnos.

Luego nos encaminamos hacia el salón para empezar con la celebración.

                  
                                °°°

—Estoy cansada de tantos bailes —le digo a mi esposo, él ya lleva rato sentado en una de las mesas, yo apenas  y pude salir de la pista improvisada de baile.

—Quien parece no cansarse es Ada.

—Lamento interrumpir a los recién cazados, pero, es hora de partir el pastel —Emilio nos avisa.

—¿Y Cris? —pregunto.

—Está por allá —dice antes de irse.

—Cris me está evitando —le comento a Izan.

—¿Cómo así? —dice poniéndose de pie para ir hacia la mesa donde está el pastel, toma mi mano.

—Es que creo que le gusta Emilio, y enante se lo pregunte pero ya habíamos llegado, y desde ahí evita quedarse a solas conmigo.

—Sabes pienso lo mismo, creo que a Cristina le gusta Emilio —nos detenemos en la mesa y tomo el cuchillo que está en la mesa, todos los demás están alrededor y Izan pone su mano sobre la mía, juntos cortamos el pastel.

Lo servimos en un plato y luego Cristina llama a alguien para que se encargue de repartir el resto a los demás invitados.

—Ahora sí, pueden ir a descansar y comer su pastel —nos dice, Ada nos sigue y se sienta en las piernas de Izan.

—¡Ya tengo los nombres para mi hermanito o hermanita! —exclama de repente.

—¿Cuáles son? —pregunta Hadley quien llega a la mesa.

—Si es niña Heather y si es niño Owen.

—Son buenos nombres —comenta Lucas, lleva a Ivy en brazos.

—Bien, entonces ya tenemos nombres — le digo a Ada.

—Ya me acabé el pastel, ¿puedo ir a jugar con Junior? —Izan frunce el ceño confundido.

—Está bien —Ada se baja y corre para ir hacia donde está Junior.

—¿Quién es Junior? —pregunta Izan.

—Su mejor amigo —contesto.

—¿No era que tenía mejor amiga?

—Tenía, ahora tiene un mejor amigo.

—¿Porque no lo sabía?

—Tal vez a Ada se le olvidó decirte —en realidad no, le dije a Ada que no le dijera a su padre que tenía mejor amigo, sabía que iba a hacer miles de pregunta.

—Oigan, ¿dónde iban de luna de miel? —pregunta Hadley cambiando de tema.

—Visitaremos algunos ciudades de países latinoamericanos —contesta Izan.

—Eso es genial, Ada se va a quedar con Zuri, ¿no?

—Así es —le digo—, y ella está feliz con esa decisión, ya que podrá ver películas hasta tarde.

—Los Roberts no pueden decirle que no a tu hija —ríe.

—Nuestra hija —le corrige Izan.

—Pues eso —luego de un rato ellos se van.

—Será mi querida esposa tan amable de concederme este baile —ruedo los ojos al escuchar a Izan.

—Podría mi querido esposo dejar de hablar así —él sonríe, tomo su mano y caminamos de nuevo a la pista de baile.

Es una canción lenta, sus manos están en mi cintura y las mías en su cuello.

—Creo que ahora sí podemos decir que seremos felices.

—Creo que sí, junto a nuestros hijos, nuestra familia, ya es un hecho. Seremos felices.

Lo beso de nuevo, la verdad es que es increíble pensar que todo empezó con una relación falsa de dos meses y que cinco años después estemos aquí en la recepción de nuestra boda, con una hija de cuatro años y esperando a nuestro segundo hijo.

Sinceramente, si me lo hubieran dicho cuando empecé la falsa relación con Izan pensaría que es una locura.

Me alegro de que lo sea.




















Seremos felices ✔Where stories live. Discover now