Capítulo 13: ¡Día de citas!

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Ese sábado estaban en una práctica especial de dobles para los partidos de exhibición después del torneo Regional que la entrenadora les acababa de informar oficialmente.

Yoshimitsu junto con Inui prepararon un rally de 10 puntos para alternar la defensa y ofensa de los improvisados pares de jugadores. El ejercicio consistía en mantener a los cuatro en la línea de fondo solo lanzando saques y manteniendo la distancia de los golpes, los globos estaban prohibidos y cuando la pelota quedara corta, el jugador más próximo debía golpear la aproximación y cuando eso ocurría, el lado correspondiente debía subir a la red, y así ir alternando.


― ¡Ryoma! Ven aquí ―lo llamó la entrenadora de repente, Sakuno estaba junto a ella.

― Abuela... ―la pequeña de trenzas se puso nerviosa de inmediato.

― ¿Tienes algo que hacer mañana? ―le preguntó la mujer.

― ¿Por qué? ―preguntó él a la defensiva.

― Las cuerdas de la raqueta de Sakuno son un desastre... Te acuerdas del viejo Haritatsu ¿no? Iba a llevarla mañana con él.

― ¿Y yo qué?

― Resulta que yo ya no puedo, ¿puedes ir tu con ella?

― ¿Eh? ―Sakuno más o menos se lo imaginó en el transcurso de la conversación, pero no esperaba que realmente se lo preguntara.

― No me cae bien ese señor ―Echizen lucía irritado.

― ¡A-Abuela!

― Aun así, por favor ―le pidió la entrenadora con pesar― Aceptar las peticiones de una mujer es lo mínimo que debe hacer un hombre, ¿sabes?

― Está bien... ―aceptó fastidiado y sin interés.

― Gracias, Ryoma-kun ¡Cuento contigo mañana! ―le agradeció Sakuno con una reverencia.

― Gracias por acompañarla. Mañana en la estación a las 2, ¿está bien?


Cerca del mediodía del domingo, algunas de las chicas se encontraron en la cafetería de los padres de Naegino para almorzar.

― Entre nuestros entrenamientos y los mixtos siento que ya no descansamos nada ―se quejaba Naoki bebiendo de su jugo de mango.

―- No podemos descuidarnos ahora. El torneo Regional es más difícil que el de distrito... Y además están las pesadas de Hyotei ―añadió Yoshimitsu con el mismo pesar.

― ¡Me muero de ganas por dejarlas fuera! ―siguió Suwabe que también estaba resentida con ellas.

― Al menos las prácticas con los chicos han resultado mejor de lo que esperábamos ¿no? Eso es bueno ―trató Fujiwara de armonizar el ambiente.

― Mm ―todas sabían que a Naoki le gustaba Inui y a Tomoe le gustaba Tezuka aunque ellas insistían en negarlo, eran las más contentas con estos entrenamientos mixtos.

― Iremos donde Haritatsu ¿verdad? Tengo que tensar las cuerdas de mi raqueta, están un poco flojas desde mis partidos con Momo-chan ―comentó Suwabe después de un rato cuando ya habían acabado.

― ¿Vendrás con nosotras, Miki-chan? ―le preguntó Fujiwara cuando la muchacha se acercó a retirar sus cosas.

― No puedo hoy. La mesera no vino así que me quedaré a ayudar aquí ―contestó la pelirosa algo avergonzada.

― Está bien, nos vemos mañana entonces, Miki-chan ¡Gracias por todo, Naegino-san! ―se despidieron del padre de la chica con un ademán y se dirigieron a su destino.

Yudan sezu ni Ikou!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora