ensoñación gélida.

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Faltaba cada vez menos para el final de la temporada. No podría decir cuántos aviones tomé a lo largo del año, y la necesidad en mi pecho de volver a casa no había desaparecido, en todo caso, las vacaciones empeoraron esa sensación. Lewis y Max seguían peleando por el campeonato, la distancia en los puntos era ínfima.

Por suerte, nos habíamos alejado del calor y de la nada me encontraba rodeada de nieve. Casi me sentía como en casa, sólo me faltaba algo.

Max se encontraba en la zona de prensa, escuchando la pregunta del entrevistador de Sky Sports. Aún así, su atención no estaba en el hombre parado con el micrófono, sino que sus ojos estaban clavados en los míos. Valtteri llevaba un rato hablando sobre una bebida del país, o algo de ese estilo. Cuando mis ojos se conectaban con los del piloto estrella de Red Bull, el resto del mundo desaparecía. Después de un rato, su mirada comenzó a intimidarme, logrando que aparte la vista y vuelva a enfocarme en Valtteri. O al menos eso intenté, porque a los pocos minutos sentí una mano en mi espalda.

—Buenos días, Valtteri. ¿Puedo robarme a Lia unos minutos?

La voz de Max se encontraba justo en mi oído, permitiéndome notar como su acento cambiaba la pronunciación de algunas palabras. Valtteri levantó una ceja al escuchar el apodo, lanzándome una mirada rápida. Aún así, asintió, y se alejó de nosotros. Dándome vuelta, mis ojos volvieron a conectar con el celeste de mis sueños.

—¿Qué necesitas, Max?

—¿Hoy no soy Maxie?

Rodé los ojos, cruzándome de brazos. La mano de Max en mi espalda había descendido a mi cintura.

—Está bien, no te enojes, ángel. Te tengo una propuesta.

—Espero que sea una buena propuesta...

—Hey, todas mis propuestas son buenas. El que gane mañana, decide dónde vamos a cenar.

—¿Vamos a cenar? ¿Desde cuándo?

Una sonrisa traviesa apareció en el rostro del rubio. —Lo decidí hace un rato.

—No quiero cenar contigo.

—Tus ojos no dicen lo mismo, Lia.

Inmediatamente, aparté la mirada. El ardor en mis mejillas había eliminado cualquier trazo de frío en mi cuerpo.

—Está bien, espero que estés preparado para romper tu dieta... Maxie.

Max me guiñó un ojo, para luego alejarse. —Nos vemos mañana, ángel. Y, por el amor de dios, abrígate. No quiero perder otro abrigo.

—Nos vemos, Maxie... Espera, ¡Empiezas último!

‧˖✼˖‧

DOMINGO, 26 DE SEPTIEMBRE DEL 2021.

RUSIA. CARRERA.

Lewis había logrado clasificar en el puesto cuatro, detrás de Norris, Sainz y Russell. Mientras tanto, Max no registró ningún tiempo, empezando último debido a una penalidad.

Respiré hondo, y cerré los ojos por un segundo. Sentía como todos alrededor mío hacían lo mismo. Nadie emitía palabra, sus miradas estaban enfocadas en las pantallas o en la pista. Volví a abrir los ojos justo cuando las luces comenzaron a apagarse.

—Es hammertime, Lewis. Destrozalos.

De un momento a otro, los gritos de la tribuna volvieron. Los monoplazas aceleraron hacía la primera curva y yo crucé los dedos.

En la primera vuelta, Lewis perdió tres posiciones. Max comenzó a pasar a otros autos y, para la vuelta número veintitrés, el Mercedes se encontraba en el segundo puesto, mientras que el Red Bull se posicionaba en el quinto. Sin embargo, unas vueltas más tarde, llamé a Lewis a los pits.

doomsday | max verstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora